Declaran culpable al sicario y a la mujer que lo contrató para asesinar a su compañero de piso

Juicio del crimen con la acusación a sicarios en Córdoba capital
EUROPA PRESS
Actualizado: viernes, 28 marzo 2014 22:45

El jurado considera no culpable a la pareja de la acusada

CÓRDOBA, 28 Mar. (EUROPA PRESS) -

El Tribunal del Jurado considera culpable al sicario y a la mujer que lo contrató para supuestamente asesinar a su compañero de piso con el fin de hacerse con su pensión en una vivienda de Huerta de la Reina, en la capital cordobesa, en diciembre del año 2010. Al tiempo que ha declarado no culpable a la pareja de la acusada, procesado por ser cómplice en los hechos.

Así lo han informado a Europa Press los abogados de la defensa de la acusada y del presunto asesino. Los letrados han adelantado que presentarán sendos recursos, a la espera de conocer la sentencia que dictamine el magistrado de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Córdoba.

Al respecto, la Fiscalía mantenía la petición de penas, en las que solicita 20 años de prisión por el delito de asesinato, tanto para la mujer como para el sicario, además de cuatro años de cárcel por robo para cada uno de ellos y tres más por amenazas para el hombre. De otro lado, solicitaba solicita diez años de prisión para la pareja de la acusada por cómplice de asesinato, que ahora el jurado popular ha declarado no culpable.

Asimismo, el Ministerio Público mantiene su escrito de calificación. Así, relata que, en febrero de 2010, la procesada, de nacionalidad paraguaya, y su pareja iniciaron una relación sentimental y de convivencia en un piso de la capital, en el que conocieron a la víctima, con el que el varón llegó a tener "una buena relación", hasta el punto de "con el fin de abaratar costes, decidieron vivir en un piso los tres y un hijo menor de edad de la mujer".

En el mes de agosto de 2010, la pareja de la acusada ingresó en prisión para cumplir una pena impuesta por unos hechos que nada tienen que ver con este procedimiento, pero "de común acuerdo" los tres decidieron continuar con la idea de compartir vivienda. En septiembre, la mujer, su hijo y la víctima se trasladaron a un piso en la calle Abderramán III. Sin embargo, la convivencia "se fue deteriorando" debido a que él "era consumidor habitual de alcohol".

Al respecto, la mujer sabía que su compañero de piso recibía todos los meses "una importante cantidad de dinero" de una pensión y que en diciembre iba a cobrar alrededor de 5.000 euros, dado que a la cantidad habitual le sumaría la paga extra. Así, en parte a que la relación "se había deteriorado" y que quería "conseguir el dinero" de la víctima, la mujer le pidió en noviembre a su pareja, en una visita que le hizo a la cárcel, que "le indicara una persona que pudiera darle un escarmiento" al compañero de piso. Según precisa el fiscal, la mujer buscaba "una persona que agrediera y quitara la vida" al hombre, que "le sustrajera el dinero, con el que le pagaría en parte el encargo efectuado" y el resto se lo quedaría ella.

De este modo, su pareja le puso en contacto con el otro acusado, amigo suyo que vivía en La Carlota, y a finales de noviembre se citaron en un bar de la capital cordobesa, donde la mujer supuestamente le encargó a este y a otra persona, de nacionalidad colombiana y que no ha sido identificada, que le quitaran la vida a su compañero de piso, al tiempo que les dijo que les pagaría con el dinero de la pensión. Además, como sabía que cobraría el 30 de noviembre y que ese mismo día sacaría el dinero, la mujer acordó con los sicarios que llevarían a cabo el plan el 1 de diciembre.

EL DÍA DEL PLAN

En concreto, el día 1 de diciembre, entre las 8,15 y 8,30 horas, la mujer se fue a llevar a su hijo al colegio y poco después, según habían concertado, los dos sicarios, con las llaves que ella les había facilitado, accedieron al piso "portando cuchillos, navajas u otros instrumentos cortantes y al menos un martillo", detalla el fiscal.

Al entrar en el dormitorio, la víctima se despertó y "de inmediato" recibió un puñetazo en la cara. Aunque intentó huir, los presuntos agresores le propinaron a continuación seis puñaladas en el pecho y en el abdomen, cinco más en la espalda, al tiempo que le golpearon dos veces "de forma contundente en la cabeza con el martillo".

Tras ello, los sicarios limpiaron el piso para evitar que quedaran huellas y buscaron el dinero, sin que lo encontraran, motivo por el que después llamaron a la procesada, quien regresó entonces al piso, vio el cadáver, cogió 1.200 euros y se dirigió hasta donde estaba uno de los presuntos asesinos para entregarle el dinero.

Posteriormente, la mujer fue a una floristería para comprar macetas y volvió al piso. "Con el fin de simular que estaba sorprendida con la situación", dejó las macetas tiradas en el descansillo y en la entrada de la vivienda y comenzó a gritar para avisar a los vecinos de que había encontrado el cadáver tirado en el suelo, momento en el que uno de los vecinos llamó a la Policía.

LA RESOLUCIÓN DEL CASO

Dos años después, en octubre de 2012, el sicario con el que contactó la mujer y amigo de su pareja acudió al domicilio de estos en Fernán Núñez y le reclamó a la ahora acusada que no le había pagado todo el dinero que habían convenido por matar a su compañero de piso, por lo que "había tenido que vender un coche para pagar a la persona de nacionalidad colombiana" y supuestamente los amenazó con matarlos "si contaban algo".

No obstante, la pareja de la mujer decidió acudir a la Guardia Civil el 11 de noviembre de 2012 y contó lo que había sucedido, según se lo había relatado ella, indica el fiscal, quien precisa que cuando ocurrieron los hechos el hombre asesinado estaba separado y tenía tres hijos mayores de edad que no convivían con él.

DECLARACIONES DE LOS ACUSADOS

El hombre acusado de asesinar a otro, junto con una persona más que no ha sido identificada hasta el momento, declaró en el juicio este pasado lunes que "no sabía nada de esta historia" hasta dos años después de los hechos, cuando fue detenido, al tiempo que ha defendido que es "incapaz" de matar a alguien.

Por su parte, el otro acusado y la mujer se acogieron a su derecho a no declarar, mientras que el fiscal citó cada una de las preguntas que les iba a hacer, y entre las que cuestionaba a la acusada por el cambio de "hasta cuatro veces en sus manifestaciones". Los abogados de ambos defendieron su inocencia.

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