Jaén.- La Junta invierte 200.000 euros en la recuperación de los tejos milenarios de la provincia

Actualizado: miércoles, 13 junio 2007 11:58

JAÉN, 13 Jun. (EUROPA PRESS) -

La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía destinará 200.000 euros a la ejecución de un proyecto para la provincia de Jaén de recuperación de tejos (Taxus baccata), una especie arbórea en peligro de extinción que se ha vuelto "especialmente vulnerable" debido al cambio climático.

En un comunicado remitido a Europa Press, la delegada provincial de Medio Ambiente, Amparo Ramírez, destacó que el proyecto, que cuenta con una inversión de 1,5 millones de euros de los que el grueso se destinan al Parque de Tejeda, Almijara y Alhama, en Granada, "dedica a Jaén unos 200.000 euros para tareas de recuperación de los tejos de alrededor de 1.500 años de vida que existen en la provincia".

Asimismo, señaló que "las tareas se centrarán en la eliminación de la presión ganadera en la zona con el vallado perimetral de la misma, la repoblación con algunos ejemplares y labores de conservación de esta especie, muy presionada por el aumento de las temperaturas". Al respecto explicó que los pies existentes en la provincia de Jaén son formaciones aisladas que no pueden considerarse bosque y que se encuentran mezcladas con encinares y quejigales.

Así, según apuntó, las condiciones climáticas actuales han relegado a los tejos a latitudes superiores y a encaramarse en las cumbres montañosas en busca de umbrías y barrancos oscuros, razón por la cual se explica su buen estado de conservación en el norte de la península y su situación en Jaén.

Su protección, más relativa a las alteraciones del clima que a otras amenazas, es similar a la que se somete a otras especies como el cedro o el pinsapo. El tejo, uno de los árboles más antiguos que existen, pertenece al grupo de las coníferas; su carácter exigente en cuanto a frescura y humedad le sitúan como habitante de las frías glaciaciones cuaternarias.

El valor ecológico del tejo es "enorme" y su denso follaje, persistente durante todo el año, contribuye a la regulación térmica y a la adecuación microclimática a nivel del suelo, de la que se benefician los animales quedando a cobijo de las bajas temperaturas en la montaña. Del mismo modo, es un filtro "eficaz" que retiene la lluvia y la nieve participando activamente en la regulación hidrológica. El hombre ha sido el "principal enemigo" de este árbol. Su madera ha sido muy útil para fabricar herramientas y la toxicidad de sus hojas para el ganado equino llevó en otro tiempo a su exterminio.

El árbol tiene en Granada, Málaga y Jaén sus últimos reductos de Andalucía, ya que en zonas del norte de España, donde la elevada humedad es una constante, es una especie más abundante.