Tribunales.- Juzgan mañana al operario que abrió el ascensor del Reina Sofía del que cayó una niña

Actualizado: miércoles, 9 diciembre 2009 12:03

CÓRDOBA, 9 Dic. (EUROPA PRESS) -

La Fiscalía de Córdoba pide dos años de cárcel para A.J.S.B., un electricista que será juzgado mañana por abrir el ascensor en el que quedaron atrapadas tres niñas en el Hospital Reina Sofía de Córdoba y que provocó que una de ellas cayera al vacío ocasionándole, entre otras lesiones, la rotura del cráneo, teniendo que ser ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).

Según la calificación del ministerio público, a la que tuvo acceso Europa Press, sobre las 20,50 horas del 29 de enero de 2007, el acusado se dirigía a su puesto de trabajo como electricista cuando escuchó a través de su emisora que un ascensor se había quedado detenido con personas en su interior, por lo que se apresuró hacia dicho lugar.

Dado que escuchó gritos procedentes del interior del aparato, sin esperar a que con ayuda de sus compañeros de trabajo fuera estabilizado el ascensor, utilizó una llave inglesa para abrir la primera puerta del aparato, y posteriormente, abrió la puerta interior, que daba acceso a las personas encerradas.

En ese momento, observó que se encontraban tres adolescentes muy nerviosas y puesto que la que se cayó era la más atemorizada, se sentó en el suelo del ascensor con las piernas colgando y se balanceó para coger impulso para el salto. El acusado le sujetó las piernas, pero debido a la gran distancia entre el operario y la joven, aproximadamente 1,75 metros, cuando se produjo el salto la niña se precipitó al vacío, cayendo a una distancia de varios metros.

OMISIÓN DE NORMAS DE PREVENCIÓN

El fiscal añade en su escrito que el procesado "omitió en su actuación como electricista las normas básicas de prevención de los accidentes contenidas en el protocolo de actuación del servicio de mantenimiento de los ascensores".

A consecuencia del accidente, la niña sufrió un traumatismo cráneo-encefálico grave, que le ocasionó la fractura del cráneo, entre otras lesiones, necesitando numerosos tratamientos médicos y una hospitalización durante 121 días, tardando en estabilizarse de sus lesiones 435 días. La niña padece además trastorno depresivo crónico.

Estos hechos son calificados por el fiscal como un delito de lesiones por imprudencia profesional grave.