SEVILLA, 15 Oct. (EUROPA PRESS) -
UGT Andalucía ha resaltado este jueves, con motivo del Día Internacional de las Mujeres Rurales, el papel de la mujer en el mundo rural al considerar que "son la base del desarrollo de esas zonas y su trabajo, sea doméstico o remunerado, es indispensable para la supervivencia de la economía familiar y para el desarrollo de estas zonas".
"Las mujeres rurales sufren múltiples discriminaciones no sólo con respecto a los varones, sino también respecto a las mujeres de zonas urbanas", ha argumentado UGT por medio de una nota, tras considerar que "desarrollan innumerables trabajos que tienen un escaso reflejo en las estadísticas laborales, como ayudar en el negocio familiar o en explotaciones agrarias sin sueldo específico, sin cotizaciones, y por lo tanto, sin prestaciones de calidad".
El sindicato ha sostenido que "venimos denunciando cómo han afectado los recortes a las mujeres en España, especialmente los derivados de la pandemia, pero esto ha tenido una dimensión agravada en las mujeres rurales".
UGT-A ha trasladado que son las localidades rurales "las que más han sufrido la pérdida de servicios básicos y, dentro de ellas, las personas más vulnerables son las mujeres, pues en estas zonas pueden disponer de menos recursos de cuidado para mayores y menores, con lo que les supone una mayor carga personal y un hándicap para su desarrollo profesional", hecho que se añade a "las propias limitaciones que tiene el mercado laboral en las zonas rurales".
UGT Andalucía ha declarado sumarse y difundir las once medidas que Fademur (Federación de Mujeres Rurales) han presentado este jueves, que reclama, en primer lugar, un Pacto de Estado por el medio rural; incentivar la titularidad compartida; la protección, concienciación y defensa contra la violencia de género en el medio rural; la participación en la toma de decisiones y en los órganos de gobierno de las zonas rurales; la promoción de la contratación de mujeres en el medio rural, así como sus proyectos de emprendimiento; los derechos y la propiedad real sobre la tierra y los recursos; la defensa del poder de negociación de las mujeres productoras frente a los intermediarios; la perspectiva de género de la Política Agraria Común; el desarrollo de canales cortos y mercados de proximidad; programa de género y tecnología que termine con la brecha digital; impulso del cooperativismo y proyectos colectivos de y para mujeres.
