Científicos de la US confirman que la respuesta de alerta es menos intensa en estados afectivos positivos

El investigador Gonzalo de la Casa
EUROPA PRESS/FUNDACIÓN DESCUBRE
Actualizado: lunes, 24 marzo 2014 17:31

SEVILLA, 24 Mar. (EUROPA PRESS) -

Un grupo de psicólogos de la Universidad de Sevilla (US), dirigido por Gonzalo De la Casa, ha realizado un ensayo en humanos que demuestra que existen cambios en el proceso atencional en función del estado emocional y que éstos afectan a la respuesta de alerta o sobresalto, que se produce de forma refleja ante estímulos intensos.

En una nota, la Fundación Descubre ha indicado que la investigación se ha publicado en la revista 'International Journal of Psychophysiology' bajo el título 'Startle response and prepulse inhibition modulation by positive-and negative-induced affect'.

Se han centrado en un mecanismo conductual muy básico, que sirve para organizar la percepción del entorno, denominado 'inhibición prepulso'. Se puede inducir de manera simple en el laboratorio, tanto en roedores como en humanos, y cumple con la función de concentrar la atención en aquello que estamos analizando, sin que se produzcan distracciones por el resto de los estímulos que nos rodean.

La respuesta de alerta tiene un carácter adaptativo, ya que prepara al individuo para la defensa o el ataque. Se trata de una reacción involuntaria que se produce ante un estímulo inesperado de suficiente intensidad: esta respuesta se debilita en individuos sin patologías si antes de dicho estímulo aparece otro de menor intensidad. Este último mecanismo es el que se denomina inhibición prepulso.

El fenómeno se puede ejemplificar así: si estás en el despacho trabajando y alguien abre la puerta y entra, lo normal es que te sobresaltes. Pero si antes de entrar llaman a la puerta, la llamada actúa como un preaviso que hace que el organismo se prepare ante el estímulo nuevo y reaccione de manera más adecuada, con una respuesta de alerta de menor intensidad.

La inhibición prepulso es un mecanismo de filtrado de estímulos, ya que mientras se procesa el primero de ellos (el menos intenso), se bloquean todos los canales neurales encargados de analizar este tipo de información. Por ello se responde con menor intensidad ante el estímulo más fuerte que aparece a continuación.

Este fenómeno conductual no funciona correctamente en personas que padecen patologías caracterizadas por alteraciones en el sistema dopaminérgico, como la esquizofrenia. "En la fase aguda de la enfermedad se produce más dopamina, lo que afecta al proceso atencional y anula el efecto de inhibición prepulso", indica el profesor De la Casa.

Los psicólogos sevillanos han reproducido este fenómeno en el laboratorio y han propiciado situaciones que producen un incremento de la dopamina en los participantes en el experimento, a través de la inducción de afectos positivos, con el objetivo de analizar cómo afectan a la respuesta de alerta y a la inhibición prepulso.