Fiscalía pide hasta 20 años para miembros de una banda que robaba en casas habitadas por ancianos

Actualizado: lunes, 9 junio 2014 17:12

SEVILLA, 9 Jun. (EUROPA PRESS) -

La Fiscalía de Sevilla ha solicitado penas de hasta 20 años y tres meses de cárcel para nueve personas acusadas de pertenecer a una organización criminal dedicada a perpetrar robos con violencia en casas de la provincia habitadas normalmente por personas ancianas y con cierto poder adquisitivo, destacando que en uno de los casos llegaron a pinchar a un hombre de 80 años de edad con un destornillador en las piernas para que le abriera la caja fuerte de la vivienda.

En su escrito de acusación, al que ha tenido acceso Europa Press, el Ministerio Público acusa a los nueve imputados de delitos de pertenencia a organización criminal, robo con violencia e intimidación, detención ilegal, atentado, conducción temeraria, falsedad en documento oficial, tenencia ilícita de armas y denuncia falsa, además de una falta de lesiones.

Según el fiscal, ocho de los nueve acusados formaban parte de una organización criminal dedicada al robo en el interior de domicilios previa vigilancia y obtención de datos de sus inquilinos, que normalmente eran víctima de edad avanzada con alto poder adquisitivo, de manera que "de común acuerdo y con ánimo de obtener un ilícito beneficio" entraban en los inmuebles y exigían la entrega de dinero y joyas a sus moradores, usando la intimidación y violencia física para conseguir sus objetivos, tras lo que se lucraban vendiendo los objetos robados.

De esta forma, sobre las 21,30 horas del 16 de febrero de 2011, cuatro de los imputados esperaron a que un anciano de 80 años de edad y que vivía solo llegara a su casa en San José de la Rinconada, tras lo que, aprovechando que la puerta del garaje se estaba cerrando, tres de ellos entraron en el inmueble mientras el cuarto imputado se quedaba fuera vigilando.

Los acusados, que ocultaban sus rostros con pasamontañas para evitar ser reconocidos y actuar "impunemente", forcejearon con la víctima hasta que consiguieron tirarla al suelo, donde la ataron de pies y manos valiéndose de un cinturón y dos bridas para a continuación, y una vez consiguieron inmovilizarlo, exigirle bajo amenazas de muerte que les hiciera entrega del dinero y que abriera la caja fuerte que tenía en su dormitorio.

El anciano les dijo que no se sabía la clave de la caja, lo que motivó que los imputados cogieran un destornillador y comenzaran a pincharle con el mismo en las piernas, tras lo que los acusados registraron varias habitaciones de la casa en busca de dinero y joyas, hasta que sobre las 22,25 horas llegó a la casa la hermana de la víctima, de 60 años y a la que empujaron y tiraron al suelo, inmovilizándole e introduciéndole una camiseta en la boca para evitar que pidiera auxilio.

Asimismo, le amenazaron con matar a su hermano si no les daba la clave de la caja fuerte y les decía dónde estaban el dinero y las joyas, tras lo que finalmente los convencieron de que llamaran a su yerno para que acudiera a la casa y abriera la caja fuerte, pero ante las sospechas de éste, los procesados decidieron abandonar la vivienda, no sin antes apoderarse de 2.000 euros, un teléfono móvil, un queso, un jamón, y un chorizo.

Asimismo, y sobre las 16,50 horas del 21 de abril de 2011, cuatro de los imputados intentaron llevar a cabo otro robo de similares características en una vivienda de Cantillana, a cuyo dueño pidieron que les abriera la puerta porque le habían hecho un rasguño a un vehículo de su propiedad y querían rellenar un parte amistoso.

SE HICIERON PASAR POR POLICÍAS

No obstante, los inquilinos no abrieron la puerta y llamaron a la Guardia Civil, que vigilaba la casa porque, dos días antes, los acusados ya habían tratado de entrar en la vivienda con la excusa de ser agentes de la Policía que perseguían a unos delincuentes.

Así, el guardia civil que realizaba la vigilancia se acercó a los acusados y les dio el alto, pero éstos se montaron en el coche y trataron de huir dirigiendo el mismo contra el agente, que tuvo que esquivarlo para evitar ser atropellado, siguiendo la persecución a pie y dándoles nuevamente el alto, momento en el que intentaron atropellarlo por segunda vez.

Tras ello, los imputados se dirigieron a Sevilla por la carretera A-8005, siendo seguidos por el vehículo del agente, a quien trataron de echar del arcén, todo ello hasta que llegaron a la rotonda cercana al Carrefour de la Macarena, donde todos los acusados se bajaron del coche a excepción del conductor, que dejó aparcado el vehículo junto al tanatorio de la SE-30.

El fiscal dice que el vehículo utilizado para la huida portaba una matrícula "doblada y sustraída" al coche de un particular, todo ello con el objetivo de "perpetrar sus ilícitos propósitos", añadiendo que en dicho coche fueron hallados una defensa eléctrica, dos móviles, dos pasamontañas negros, unas bragas negras, tres pares de guantes negros y una cizalla, mientras que en el hueco de la puerta del copiloto fueron intervenidos dos destornilladores.

La Fiscalía pide para ocho de los nueve acusados penas de entre seis años y 20 años y tres meses de prisión, mientras que la novena imputada se enfrenta a una pena de 2.700 euros de multa por un delito de denuncia falsa después de denunciar ante la Guardia Civil el falso robo del vehículo a fin de "encubrir" a su hermano.