Juzgan este miércoles al acusado de matar hace once años a un camarero para robarle droga y dinero

Actualizado: jueves, 2 julio 2015 3:16

SEVILLA, 22 Oct. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia Provincial de Sevilla enjuiciará este miércoles a un ciudadano francés, identificado como Dominique P., acusado de un crimen cometido en diciembre de 2002, cuando el camarero del bar 'Tío Tom' apareció muerto en su vivienda de la calle Vib Arragel de la capital hispalense, hechos por los que la Fiscalía pide para el acusado 20 años y ocho meses de cárcel.

En su escrito de acusación, al que ha tenido acceso Europa Press, el Ministerio Público pide para el acusado 19 años de prisión por un delito de asesinato y 20 meses de cárcel por un delito de robo con violencia en grado de tentativa, así como el pago de una indemnización de 120.000 euros a los padres de la víctima, Francisco C.C.

La Fiscalía considera probado que, en noviembre de 2002, un individuo o individuos desconocidos contactaron con el acusado, de 49 años de edad, para comunicarle que había una persona en Sevilla que guardaba en su domicilio una importante cantidad de droga y dinero y que "resultaría fácil hacerse con ambas cosas".

Tras ello, el procesado aceptó la propuesta y, a principios de diciembre de ese año, se desplazó desde Francia hasta Sevilla "seguramente" en ferrocarril, y una vez en la capital hispalense "y tras estudiar" la situación con las personas que contactaron con él, quienes le indicaron el lugar exacto donde residía la posible víctima, "decidieron todos pasar a la acción".

Sobre las 22,30 horas del 8 de diciembre de 2002, el procesado y los desconocidos se dirigieron hacia el número 23 de la calle Vib Arragel y, una vez allí, uno de los desconocidos, "quien al parecer conocía al habitante de la vivienda", llamó a la puerta y el fallecido abrió.

"INUSITADA BRUTALIDAD"

"De forma inmediata", irrumpió también en la vivienda el acusado, quien junto al anterior individuo "y seguramente alguno más" exigieron a la víctima que les entregara las drogas y el dinero que supuestamente guardaba en su vivienda, a lo que Francisco se negó.

En ese momento, tanto el acusado como sus acompañantes, "con intención de causarle la muerte", comenzaron a golpearle "con inusitada brutalidad", sobre todo en el rostro, propinándole numerosos puñetazos y patadas "hasta que le hicieron perder el sentido".

Seguidamente, según el relato del fiscal, le maniataron de pies y manos y le pusieron una bolsa de plástico en la cabeza asida al cuello por cinta aislante, "privándole de esta forma de la posibilidad de defenderse, ya que aún continuaba con vida".

A continuación, lo subieron "a rastras" a la planta alta de la vivienda y lo colocaron sentado en el suelo con la cabeza apoyada en un sofá, donde falleció minutos después como consecuencia del "fuerte" traumatismo craneoencefálico y posterior asfixia mecánica ocasionada por la "fuerte" compresión en el cuello y la bolsa de plástico que llevaba colocada en la cabeza.

CASI CUATRO KILOS DE COCAÍNA

El procesado "y sus compinches", según añade el Ministerio Público, registraron seguidamente la vivienda y trataron de abrir la caja fuerte existente, aunque no lo pudieron conseguir ya que, atraídos por los ruidos, unos vecinos dieron aviso a la Policía, por lo que los sospechosos "emprendieron la huida, no sin antes cerrar la vivienda desde el exterior con unas llaves que encontraron".

En posterior inspección ocular y registro de la caja fuerte, fueron hallados en la vivienda 3.875 gramos de cocaína y 8.000 euros "pertenecientes a unos individuos cuya conducta ya fue enjuiciada en otro procedimiento". Además, en la vivienda fueron hallados un rollo de cinta aislante, una mochila y camisas, mientras que en la caja fuerte fueron hallados también un teléfono móvil, varios mecheros y otros enseres.

El cuerpo de la víctima presentaba hematomas orbitarios laterales, hematomas fronto parietales, heridas "múltiples" en la frente, la ceja izquierda y la pirámide nasal --fractura de huesos propios de la nariz--, así como una rotura del polo externo del brazo, entre otras lesiones.

Cabe recordar que el acusado se encontraba cumpliendo condena en la cárcel francesa de Mauzac cuando su ADN fue introducido en una base de datos internacional y coincidió con el hallado en el lugar del crimen.

Tras ello, estuvo en prisión por estos hechos desde el 26 de junio de 2012 hasta el 29 de mayo del presente año 2014, cuando quedó en libertad con la obligación de comparecer en el Juzgado dos veces a la semana.

Dominique F. reconoció ante el juez de Instrucción número 4 de Sevilla, Francisco de Asís Molina, que había estado en el piso donde ocurrió el crimen pero aseguró que se marchó dejando vivo al camarero.