Pasa a disposición judicial el detenido por el crimen de la calle Feria

Actualizado: sábado, 30 agosto 2014 12:26
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SEVILLA, 30 Ago. (EUROPA PRESS) -

   El detenido como presunto autor de la muerte de un ciudadano boliviano en el interior de una vivienda de la calle Feria, en la capital hispalense, ha pasado en la mañana de este sábado a disposición judicial, donde permanece a la espera de lo que decrete el juez de instrucción competente, según lo han confirmado a Europa Press fuentes judiciales.

   Así, el detenido, varón de 38 años de edad, ha sido puesto a disposición judicial a las 9,00 horas de este sábado, como estaba previsto, después de que permaneciera en dependencias policiales desde este pasado jueves cuando fue detenido por el Cuerpo Nacional de Policía por la muerte de un varón de 44 años de edad y origen boliviano, toda vez que fuera descubierto su cadáver este miércoles tras llevar muerto desde el pasado sábado.

   El individuo, según la Policía Nacional, confesó espontáneamente la autoría del crimen y carece de antecedentes.

   Asimismo, fuentes cercanas al caso han apuntado a Europa Press que el hombre boliviano, que fue hallado muerto este pasado miércoles en el interior de una vivienda de la calle Feria, podría haber fallecido tras intentar mantener relaciones sexuales con el presunto autor de su muerte, como ha adelantado 'El Mundo'.

   De esta manera, el fallecimiento vendría causado por un móvil sexual, según las primeras hipótesis, a la espera de su confirmación en base a la investigación que se está llevando a cabo por parte del Cuerpo Nacional de Policía sobre el suceso mortal.

   Según el relato policial, sobre las 18,25 horas de este pasado miércoles, un subinspector y dos policías adscritos al Grupo Hércules de la Comisaría del distrito Centro que patrullaban a bordo de sus motocicletas fueron enviados hacia la esquina de la confluencia de las calles Feria y Castellar, dado que varias personas habían alertado de que en una de las viviendas se escuchaban "fuertes gritos".

   Una vez allí, los agentes localizaron junto al número diez de la calle Feria a una persona que sangraba abundantemente por la muñeca y los nudillos de una de sus manos, dado que al parecer había fracturado el cristal del portón a golpes. Según les manifestó "de forma apresurada y nerviosa", su primo había subido a un piso de la finca a comprar un terminal de telefonía móvil y se escuchaban "golpes y gritos, pensando éste que lo iban a matar".

   En esto, los agentes advirtieron que otra persona se estaba descolgando por el balcón del primer piso, saltando al suelo y huyendo hacia la calle Mengíbar, siendo perseguido hasta ser alcanzado a pocos metros de distancia. Dicha persona les manifestó, literalmente, que huía porque había concertado una cita con un joven para venderle de un teléfono móvil, pero que cuando éste accedió al domicilio, le agredió golpeándole en la cabeza con una botella para sustraerle los 400 euros que portaba para la compra del terminal.

   Por todo esto, los agentes procedieron a la detención de este individuo recuperándose el dinero sustraído, y solicitando asistencia facultativa para el traslado de los dos primeros a un centro médico.

CONFESIÓN AL ENTRAR EN EL PATRULLERO

   Así, cuando el ya detenido por robo con violencia iba a ser introducido en un patrullero para su traslado a dependencias policiales, los agentes comenzaron a preguntarle sobre el piso donde había tenido lugar el robo, requiriéndole la identidad de su legítimo inquilino para contactar con él y efectuar una inspección, ante lo que éste manifestó que el inquilino se encontraba "muerto en su interior desde el sábado, cuando lo había matado". De igual modo, declaró que también encontrarían la cartera de una tercera persona, a la que había robado tras tener una cita con él.

   Por ello, uno de los agentes accedió al inmueble observando diversos indicios que hacían creer que lo manifestado por el detenido era verdad y localizando finalmente el cuerpo de una persona fallecida en su interior. El cadáver, en concreto, corresponde a un ciudadano de Bolivia de 44 años de edad, mientras que el autor confeso del crimen cuenta unos 38 años.

   De manera inmediata, los agentes del Grupo Hércules precintaron el escenario del crimen, la vivienda correspondiente al 1B del número diez de la calle Feria, para preservar vestigios y huellas, dando aviso a las unidades especializadas de Homicidios y Policía Científica, así como a la autoridad judicial. Al detenido no le constaban antecedentes anteriores de ninguna clase.

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