Sevilla.- El general García González "quedó marcado" por su "lentitud de reflejos" en la gestión del 'caso Mena'

Actualizado: viernes, 28 abril 2006 21:30

MADRID, 28 Abr. (EUROPA PRESS) -

El general de Ejército José Antonio García González "quedó marcado" por su "lentitud de reflejos" en la gestión de la crisis originada por el discurso del teniente general José Mena Aguado en la pasada Pascua Militar en Sevilla, según explicaron a Europa Press fuentes conocedoras del proceso que condujo a su destitución.

Las fuentes consultadas indicaron que, tras tener conocimiento en el Palacio Real del discurso pronunciado en la Capitanía de Sevilla por el entonces jefe de la Fuerza Terrestre (FUTER), el general de Ejército estuvo "muy lento de reflejos" al no decidir de inmediato una sanción para el teniente general, que dependía de su mando directo.

Un día después del polémico discurso, el ministro de Defensa, José Bono, recibió en audiencia en el Ministerio al teniente general y, tras escucharle, le impuso un arresto domiciliario de ocho días y elevó su cese al Consejo de Ministros, a propuesta del jefe del Estado Mayor de la Defensa, general de Ejército Félix Sanz Roldán.

Siempre según las citadas fuentes, el general García González "no se equivocó" ni justificó en ningún momento la actitud del teniente general Mena pero no reaccionó con la celeridad que se esperaba. Esa lentitud a la hora de responder a la crisis provocada por Mena, esa "primera respuesta", dejó literalmente "marcado" al JEME y supuso el inicio del proceso que llevó a su destitución.

El general de Ejército García González conoció las declaraciones de Mena en la recepción posterior a la Pascua Militar celebrada en el Palacio Real, minutos después de que el ministro de Defensa, José Bono, el jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), general de Ejército Félix Sanz Roldán, y otros generales supieran del polémico discurso por boca de un periodista radiofónico.

El citado periodista le comentó a Bono las líneas generales del polémico discurso de Mena y el ministro llamó al JEME, que estaba en otro corrillo, y le solicitó que se enterara inmediatamente de lo que había afirmado el jefe de la Fuerza Terrestre. A continuación, solicitó al periodista que le dejara escuchar el corte íntegro con las palabras de Mena y le dijo que si se confirmaba lo sucedido tendría que relevar al citado general.

Según confirmaron a Europa Press fuentes militares, tras la destitución y el arresto de Mena, el Ministerio de Defensa decidió restringir al general García González, que fue compañero de promoción de Mena y era amigo personal suyo, las declaraciones a la prensa

El JEME sólo volvió a hablar públicamente en febrero con motivo del desayuno que anualmente ofrece en el Cuartel General de Tierra a los redactores especializados en Defensa. En dicha ocasión, subrayó que las opiniones individuales no reflejan el sentir de un colectivo como el Ejército.

Posteriormente, el general de Ejército también tuvo que hacer frente al cese del comandante militar de Melilla, el general Francisco Fernández, que fue relevado por decisión de Bono por el general Díez de Villegas. El general Fernández acudió a Madrid para expresarle al JEME sus divergencias con su jefe directo, el jefe de la Fuerza Terrestre, teniente general Pedro Pitarch, y su disposición a abandonar el cargo.

Después de que el JEME le pidiera que se mantuviera en el puesto, esa misma semana, el Gobierno aprobó su cese como comandante de Melilla y su sustitución por Díez de Villegas. El general García González aceptó el relevo del general Fernández por entender que se equivocó en su comportamiento frente al teniente general Pitarch, si bien, en el entorno militar, se interpretó la decisión de Bono como un espaldarazo al nuevo jefe de la Fuerza Terrestre en detrimento del JEME.