SANTA CRUZ (BOLIVIA), 5 Mar. (EUROPA PRESS) -
El empresario sevillano Javier Villanueva, que está siendo juzgado en la Corte Cuarta de lo Penal de Santa Cruz (Bolivia) por el presunto asesinato de la fiscal antidroga Mónica Von Borries con un coche bomba, reconoció hoy que es "pesimista" de cara al veredicto de los tres miembros del jurado popular --que se conocerá a mediados de la semana entrante--, ya que "los jueces han demostrado que son parciales a morir".
En declaraciones a Europa Press, Villanueva adujo que en la última sesión del juicio --para mañana, a partir de las 10.00, hora local (15.00, hora española) están previstas las conclusiones finales de las partes-- "se montó un nuevo show televisivo, digno de las mejores películas de acción".
En esta última sesión, el Tribunal se trasladó a la calle para hacer una reconstrucción de los hechos --en lugares como el itinerario del taxista que declaró como testigo o el emplazamiento del hotel donde Villanueva estaba alojado--, tratándose de "inspecciones ordenadas por el juez que no han sido solicitadas por ninguna de las partes. Aseguran que no servirán de prueba, pero dicen que con ello persiguen que todo quede más claro". A juicio del sevillano, en el fondo, el objetivo es "buscar contradicciones en los testimonios de mis testigos".
Villanueva también criticó el hecho de que otro de los procesados, el brasileño Ricardo Borba, volviera a "contradecirse" en su declaración, ya que en esta ocasión, entre otras cosas, dijo como observó al empresario en el lugar de los hechos "a través de la ventanilla del coche", en vez del retrovisor, como dijo en un principio.
"Es de poca vergüenza, porque es tratar de convencerte de que es negro lo que el día anterior era blanco", declaró Villanueva, que aunque dijo que es optimista "en el aspecto jurídico, ya que mis abogados han desmontado todas las acusaciones y han demostrado mi inocencia", la "presión" de los medios de Santa Cruz, "que parecen espacio comprado por la Fiscalía", dificulta su situación.
El sevillano concluyó criticando que el Tribunal no quisiera llevar a cabo la reconstrucción del itinerario de su presunto secuestro y tortura para obligarle a inculparse, y "que ya no se hable de Diodato y de los teléfonos móviles, porque el Tedax español que vino a declarar echó por tierra toda la teoría de la bomba activada por ondas de teléfono móvil".
En la sesión inicial, en la que se llevó a cabo la conformación de las partes, los fiscales leyeron un manifiesto en el que expresaban su intención de "impartir justicia de forma imparcial", pese a las "presiones" recibidas de determinados medios de comunicación e instituciones extranjeras.
