Sevilla.-Tribunales.-Testigos ratifican las supuestas agresiones de guardias civiles a un vecino de Brenes

Actualizado: miércoles, 5 abril 2006 20:39

SEVILLA, 5 Abr. (EUROPA PRESS) -

Cuatro personas que presenciaron lo ocurrido en el mesón Lola de Brenes (Sevilla) el pasado 3 de noviembre, en el que efectivos de la Guardia Civil redujeron supuestamente a un vecino que se interpuso en la detención de un narcotraficante, declararon hoy ante el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Lora del Río (Sevilla) que el citado vecino "se metió a separar cuando vio a dos personas de paisano --guardias civiles-- que llegaron y tiraron a otra al suelo --el supuesto narcotraficante-- porque los agentes no se identificaron como tales".

Así lo informó a Europa Press Luis Romero, abogado del vecino de Brenes, F.R.M. de 53 años, que presentó una denuncia contra los cuatro guardias civiles que intervinieron en los hechos, a los que acusó de supuestos delitos de "lesiones, torturas, coacciones, impedimento a ejercer sus derechos cívicos y atentado contra la integridad moral". Los guardias civiles están citados a declarar mañana para ofrecer su versión de lo ocurrido.

Los testigos que prestaron declaración hoy fueron cuatro personas que se hallaban en el bar cuando se produjeron los hechos y, según el citado letrado, dijeron que vieron entrar a dos personas de paisano que "atacaron y tiraron al suelo a otra, donde empezaron a pegarle. El denunciante se metió a separarlos, como hubiéramos hecho cualquiera, porque los agentes no se identificaron".

Entonces, según dijeron, se personaron otros dos guardias, estos de uniforme, que, junto con los otros dos, intentaron reducirlo utilizando spray de defensa personal, con lo que el denunciante salió del establecimiento "en mal estado y lo intentaron subir a un patrol de la Guardia Civil, pero les resultó difícil, debido a su estado", declararon.

Uno de los testigos, que salió del bar en aquellos momentos, dijo también, siempre según el letrado, que se empleó "un objeto metálico con forma de linterna", sin especificar de qué se trataba --si bien cabe destacar que el denunciante aseguró que se le dio una descarga eléctrica con un objeto metálico, algo negado tajantemente por fuentes del Instituto Armado--.

Otro de los testigos dijo que se dirigió a los agentes pidiendo que le dejaran, resaltando que finalmente fue introducido en un turismo de la Guardia Civil. A partir de ahí, ningún testigo pudo saber lo que pasó en el interior del vehículo.

Romero indicó que hay un quinto testigo, la persona que fue detenida por los agentes, pero que no acudió a declarar porque se encuentra en la prisión de Huelva y, aunque estaba citado, se le notificó en su domicilio particular. Por ello, dijo que si no se le cita de oficio debidamente, "nosotros pediremos su comparecencia".

En el texto de la denuncia, al que ha tenido acceso Europa Press, se relata que los hechos tuvieron lugar el pasado 3 de noviembre, sobre las 20.30 horas, cuando dos efectivos de paisano de la Benemérita actuaban en un operativo enmarcado en la detención de un narcotraficante en el mesón Lola del municipio de Brenes.

F.R.M. se metió por medio, al parecer ignorando que los efectivos de paisano eran guardias civiles, --según la denuncia-- "actuando de buena voluntad y a fin de evitar el enfrentamiento entre los sujetos intervinientes", siendo detenido de inmediato por otros dos agentes del Instituto Armado, ya uniformados, que entraron en el local con posterioridad.

Fue acusado de atentado contra la autoridad ya que, según exponía textualmente la Guardia Civil, propinó "varias patadas a uno de ellos, así como otros golpes".

En la denuncia se expone como "le dieron un fuerte golpe en el pecho, cayendo de espaldas al suelo, le rociaron con un spray en los ojos y le dieron patadas y puñetazos", llegando a "amenazarlo con matarlo pegándole un tiro". Cuando los efectivos de la Guardia Civil se llevaban al arrestado esposado hacia el vehículo de patrulla, antes de meterlo, F.R.M. "recibió --siempre supuestamente y según consta en la denuncia-- con un instrumento metálico una descarga eléctrica en la parte derecha de su abdomen".

El detenido declaró que se asfixiaba y que sentía un dolor como si le fuera a dar un infarto. Aunque uno de ellos, según el documento, accedió a darle el agua, bajando un poco la ventanilla para que recibiera aire y le controló el pulso, el otro le dijo, según el denunciante, "a ver si te mueres por el camino, cabrón".

La denuncia de F.R.M. manifiesta, asimismo, como al día siguiente éste fue trasladado desde Montequinto hasta San José de la Rinconada para tomarle declaración. Al negarse éste, por no encontrarse en presencia de un letrado, "uno de los guardias civiles allí presentes, apuntándolo con una pistola, le dijo 'si yo hubiera estado allí, te hubiera pegado dos tiros'", según la versión de los hechos del denunciante. Con posterioridad, fue trasladado de San José a Montequinto de nuevo, y de allí a Lora del Río.

El documento expone que F.R.M., debido a la experiencia vivida, tiene continuos problemas psicológicos y continuos dolores por las lesiones producidas --según consta, tiene una invalidez del 66 por ciento como resultado, entre otras dolencias, de una hernia discal--.

VERSION DE LA GUARDIA CIVIL

Sin embargo, fuentes de la Guardia Civil aseguraron que el denunciante se vio envuelto en una operación contra el narcotráfico con la que no tenía relación y que intervino en defensa de uno de los sospechosos a los que los agentes iban a detener.

Se añadió que fue el denunciante el que se interpuso entre los guardias y el presunto narcotraficante y que no cesó en su actitud ni cuando aparecieron los agentes uniformados en el establecimiento.

Se dijo que era muy agresivo, puntualizando que comenzó a agredir a los agentes, llegando incluso a tirar a uno de ellos una silla. "Hubo que reducirlo", se dijo, insistiendo en que la actitud fue muy violenta y se desmintió que se empleara algún arma no reglamentaria.