Sucesos.- AMPL.- La Policía inicia el desalojo del poblado chabolista ubicado en Tablada

Actualizado: viernes, 3 julio 2009 13:30

Las familias exiliadas del Polígono Sur comienzan a instalarse en el charco de la Pava a menos de un kilómetro del enclave desalojado

SEVILLA, 3 Jul. (EUROPA PRESS) -

El poblado chabolista creado entre el puente de Juan Carlos I y el puente de hierro de San Juan de Aznalfarache, donde habitan 41 familias exiliadas del Polígono Sur de por temor a represalias tras la muerte de un menor de 17 años en un tiroteo, ha comenzado hoy a ser desalojado pacíficamente por sus moradores bajo la estrecha vigilancia de un fuerte dispositivo policial, si bien estas familias están instalándose en los suelos del Charco de la Pava, a menos de un kilómetro de distancia del emplazamiento desalojado.

Después de que una pareja de agentes de la Policía Nacional visitase ayer el asentamiento para recordar a los chabolistas el desalojo ordenado por el Ministerio de Economía y Hacienda como titular de estos suelos, a partir de las 09,00 horas de hoy un fuerte dispositivo se ha desplegado en el entorno del poblado, cuyos moradores habrían comenzado el desalojo incluso durante la madrugada, según han informado a Europa Press fuentes del dispositivo policial.

Un nutrido número de agentes, --principalmente efectivos de la Policía Local apoyados por funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía--, está supervisando el desalojo tanto en el poblado como en el emplazamiento hasta donde se están trasladando las familias, que a través de un vial han salvado los puentes de Juan Carlos I y Reina Sofía para instalarse en los suelos del Charco de la Pava, a espaldas de la huerta El Carmen entre los árboles diseminados por estos terrenos.

Bajo la sombra de estos árboles, las familias del núcleo chabolista del puente de hierro de San Juan de Aznalfarache han comenzado a instalar sillas, mesas, colchones, lonas y otros enseres domésticos que han trasladado gracias a sus furgonetas, cargadas de bártulos y personas para recorrer el kilómetro escaso que separa la finca del poblado del nuevo asentamiento.

Mientras fuentes del dispositivo policial han señalado a Europa Press la ausencia de incidentes, y de hecho la instalación de estas familias en el nuevo emplazamiento transcurría con toda normalidad en torno a las 10,30 horas, entre algunos de los miembros de este colectivo de etnia gitana se prolongaba la discusión en cuanto al destino definitivo de estas 41 familias exiliadas del Polígono Sur.

"Aquí, como en el puente, de aquí no os mováis", advertía uno de los miembros del colectivo chabolista a varios miembros de una familia que comenzaban a instalarse a la sombra de un árbol, donde incluso han descargado gallos y otros animales entre objetos como ventiladores, lonas de plástico y todo tipo de utensilios domésticos. "Queremos una solución ya", señalaba otro de los hombres desalojados en las últimas horas del núcleo chabolista, donde aún no se ha consumado por completo el abandono de las chabolas.

EXILIO Y PACTO DE NO RETORNO

Por temor a represalias como consecuencia de la muerte de este menor, víctima de una bala perdida, estas familias abandonaron el Polígono Sur y crearon un poblado de chabolas entre los citados puentes, donde habitaban más de 300 personas sin electricidad, agua potable o cualquier comodidad en lo que algunos agentes sociales han declarado como "emergencia sanitaria" sobre todo por los 126 menores contabilizados entre el colectivo.

Dado el exilio, la Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio precintó las 41 viviendas de titularidad pública en las que residían en el Polígono Sur al objeto de esclarecer su verdadero régimen de ocupación, pues posiblemente sólo tres de las familias habitaba legalmente estos pisos. No obstante, el departamento de Juan Espadas no espera finalizar hasta septiembre la investigación abierta en cuanto al régimen de ocupación de estas viviendas.

Pese a dos intentos de recuperar las viviendas, el resto de las familias del Polígono Sur acordó con este clan de etnia gitana la permanencia de los exiliados en el poblado al menos hasta el mes de septiembre, pues su regreso a la zona podría derivar en un enfrentamiento abierto con la familia a la que pertenecía el menor fallecido.