El presidente de estos profesionales en la Costa del Sol asegura que muchos están contradiciendo las normas higiénicas
MÁLAGA, 1 Mar. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Asociación de Cocineros y Reposteros de la Costa del Sol, Fernando Robles, criticó hoy a los profesionales de la cocina que no emplean los materiales idóneos para el desarrollo de su labor, como es el gorro de cocina, lo que a su juicio va en contra de las buenas prácticas higiénicas del sector y de las normas existentes. Además, denunció la imagen irreal de la profesión que proyectan los denominados "cocineros mediáticos".
Así, señaló que hay un código que fija que los cocineros deben ejercer su labor con el gorro y sin anillos ni relojes, y criticó que no se está dando un buen ejemplo a los alumnos de las escuelas de hostelería por incumplir lo que dicta la ley, que establece que "ningún manipulador puede elaborar alimentos sin guardar determinadas medidas higiénicas".
Recordó en un encuentro informal con periodistas que en las cocinas están prohibidos incluso los trapos y que ha de utilizarse papel y jabones sin olor. "Hay muchos detalles que no se guardan y eso me indigna", aseveró, al tiempo que agregó que es una visión generalizada entre los profesionales gastronómicos.
Robles insistió en que la imagen que se está proyectando "no es la realidad del cocinero", un profesional que está "muy presionado", y puso como ejemplo que en muchos restaurantes la gente debe esperar incluso una hora para comer porque hay escasez de profesionales en la cocina. Además, según explicó, este hecho va en detrimento de la calidad puesto que en muchas ocasiones "hay dos cocineros para un restaurante de cien personas".
DEMANDA DE CURSOS
Por la escuela de hostelería de esta asociación malagueña pasan anualmente entre 45 y 60 alumnos entre cocineros y reposteros, explicó este chef, quien indicó que la situación de crisis actual ha propiciado que aumenten las personas interesadas en formarse en gastronomía. Sin embargo, "muchos de ellos están confundidos porque piensan que la cocina es lo que ven en la televisión y esa no es la realidad".
Para Robles, los cursos que se llevan a cabo actualmente, de alrededor de 1.000 horas de formación, no son suficientes para formar a un cocinero. "Los ponemos a caminar, no a correr", aseveró, al tiempo que solicitó más interés e implicación por parte del alumnado, que tiene un alto porcentaje de inserción laboral, entre otros motivos porque estos cursos de formación profesional ocupacional, que deben estar autorizados por la Junta de Andalucía, son con compromiso de contratación.
