TERUEL, 25 Ago. (EUROPA PRESS) -
El próximo jueves, 28 de agosto, la localidad turolense de Aguaviva recuperará una de sus tradiciones más llamativas y curiosas: las alfombras de serrín. Una actividad que se repite cada año, coincidiendo con la festividad de San Agustín y que, sirve para celebrar, el Santísimo Misterio de Aguaviva.
Las coloridas alfombras de este año estarán dedicadas al Año Internacional del Planeta Tierra, así que todos los elementos que se dibujarán en las calles de la localidad y para después completarse con serrín, estarán relacionados con este tema.
Como ya es habitual, las alfombras comienzan a formarse a las 8.00 horas, momento en el que los vecinos de la localidad salen a la calle y espolvorean el serrín sobre los dibujos que durante la noche anterior se han pintado en las calles. Dependiendo de la dificultad, suelen estar terminadas hacia el medio día.
Después se celebra una Eucaristía, tras la cual una procesión sale por las calles de la localidad, pasando por encima de estas efímeras alfombras de serrín que, de esta forma, empiezan a ser historia.
El año pasado, las alfombras estuvieron dedicadas a la música, de manera que se representaron instrumentos variados, partituras, pero también músicos y compositores como Beethoven, Mozart, Elvis Prestley o los Beatles, mientras que la alfombra de la plaza estuvo dedicada a José Iranzo, el Pastor de Andorra.
Para poder hacer estas alfombras que, en un par de horas desaparecen, hay que utilizar unas 3 toneladas de serrín, que ha sido coloreado de rojo, azul, verde* para evitar que si hace viento las alfombras se borren antes de tiempo se echa un poco de agua para apelmazarlo.
Con estas alfombras, los vecinos de la localidad turolense recuerdan que en 1435 se quemó la Iglesia del pueblo y entonces se salvaron sólo los Corporales que había en el Sagrario. Por eso, ha principios de siglo, se instituyó la celebración de una procesión. Unas procesiones que pasaban de unas alfombras de flores que finalmente dejaron de hacerse.
Hace casi una década el centro cultural de la localidad se decidió a recuperar, aunque con variaciones, la tradición. Desde entonces, ningún año se ha faltado a la cita, a no ser que la lluvia lo haya impedido.
