Cáritas Diocesana de Huesca reclama igualdad de género "real" tras atender a 1.226 mujeres durante 2020

Publicado: domingo, 7 marzo 2021 18:44

HUESCA, 7 Mar. (EUROPA PRESS) -

Cáritas Diocesana de Huesca ha atendido de forma directa a un total de 1.226 mujeres durante el año 2020, lo que supone un 56 por ciento de las personas atendidas. La entidad se une a la celebración del Día Internacional de la Mujer, este lunes, 8 de marzo, para reivindicar la igualdad "real" de derechos entre hombres y mujeres.

Dicha reivindicación quiere reducir esta desigualdad que se ve reflejada, principalmente, en el entorno laboral: El porcentaje de mujeres acompañadas desde los programas de Promoción y Empleo se eleva hasta el 65 por ciento; es decir, dos tercios de las personas que participan en los proyectos educativos y de empleo de Cáritas Huesca son mujeres, según ha indicado en una nota de prensa la entidad diocesana.

A pesar de que la igualdad jurídica se contempla en la Constitución, la organización ha constatado que sigue habiendo injusticias y desigualdades por razón de sexo, de manera significativa, entre aquellas mujeres que se encuentran en una situación más vulnerable.

La discriminación es múltiple, no solo por la pobreza o por pertenecer a una cultura determinada, sino por el simple hecho de ser mujeres. Esta condición unida a una pesada carga de obstáculos y prejuicios que imponen la sociedad, el sistema, la cultura o las creencias, impide que haya igualdad real de oportunidades y derechos.

"Entre las mujeres que atendemos desde Cáritas Huesca, que en su gran mayoría son personas en situación de alta vulnerabilidad, hemos constatado algunos factores que perpetúan esta situación como la desigualdad en el reparto de tareas domésticas y cuidado de familiares, la violencia de género, la dificultad o renuncia a acciones formativas y laborales, entre otras cuestiones", ha contado la coordinadora de Acción Social de Cáritas, Nuria Sastre.

Ha añadido: "Además las mujeres son fundamentales en los cambios en sus familias y comunidades, en los cambios sociales, en general; su capacidad de adaptación y sus ganas de mejorar las condiciones de su entorno se demuestra en todos los proyectos en los que participan".

El modelo de trabajo de Cáritas Diocesana de Huesca busca el acompañamiento integral de las personas, basándose de manera fundamental en las relaciones personales, sociales y económicas igualitarias.

Desde ese acompañamiento se trata de promover el empoderamiento fememino y las relaciones equitativas entre ambos sexos. Todo ello, para crear y construir una sociedad "más justa" y "solidaria", una "comunidad realmente vinculada", ha apuntado el secretario general de Cáritas Diocesana de Huesca, Jaime Esparrach.

MUJER Y MIGRANTE

En esta ocasión, Cáritas Huesca ha querido destacar una situación que afecta a un elevado número de mujeres que trabajan como empleadas de hogar. Un sector que arrastra condiciones "muy precarias" desde hace años, ocupado en su mayoría por mujeres migrantes en situación de irregularidad sobrevenida.

La entidad ha puesto de ejemplo el caso de Fabiola, que vino a España en busca de un trabajo con el que mantener a su familia en Ecuador. Después de seis años trabajando en diversos sitios limpiando y como interna, consiguió que le hicieran tres contratos en varias casas.

Mientras cuidaba a un señor mayor, consiguió su permiso de residencia, pero al poco tiempo el hombre falleció y Fabiola ya no pudo conseguir otro empleo de jornada completa.

Después, obtuvo contratos en tres casas distintas, en dos, limpiaba y cocinaba y en la tercera, cuidaba por la noche a una mujer. Esta situación le llevaba a trabajar más de 40 horas semanales y le impedía descansar por las noches. Sin embargo, estaba decidida a continuar, consiguió juntar toda la documentación necesaria y le concedieron el permiso.

Al poco tiempo, en una de las viviendas le redujeron las horas, pero decidieron seguir cotizando por ella, quitándoselo del sueldo, y pudo renovar su primera tarjeta. Llegó la pandemia de la COVID-19 y los familiares de la señora decidieron prescindir de los servicios de Fabiola. De nuevo, ha tenido que volver a empezar la búsqueda de otro contrato. Fabiola necesita cotizar para asegurarse la renovación.

Cáritas ha asegurado que para una empleada doméstica es difícil reunir los requisitos legales para conseguir la tarjeta de residencia. Se exige que cuente con un contrato de trabajo de cuarenta horas semanales y duración indefinida, con un sueldo de al menos 1.000 euros al mes, entre otros requisitos.

La organización oscense trabaja con miles de mujeres como Fabiola, "mujeres invisibilizadas". La puerta de acceso a los derechos fundamentales, como la igualdad, "no debería verse alterada o cerrada por razones de género", ha concluido.

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