Las épocas de crisis "son el mejor momento para innovar" y recuperar valores perdidos, dice el director del ITA

Actualizado: sábado, 25 julio 2009 14:25

Manuel Muniesa dirige el Instituto Tecnológico de Aragón (ITA), un centro que cumple veinticinco años de existencia

ZARAGOZA, 25 Jul. (EUROPA PRESS) -

El director gerente del Instituto Tecnológico de Aragón (ITA), Manuel Muniesa, manifestó que las épocas de crisis son "el mejor momento para innovar porque hay más tiempo para pensar en lo que se puede mejorar". Asimismo, abogó por la recuperación de "valores perdidos" como el esfuerzo y el trabajo, después de unos años de "dinero fácil".

En una entrevista concedida a Europa Press, Muniesa destacó que "ahora, es el momento apropiado para innovar y crecer" porque, en tiempos de crisis económica, "hay que pensar en valores fuertes de la empresa, quitar lo superfluo e investigar hacia nuevos productos, mercados, gestión u organización".

"Es el momento apropiado para innovar, otra cosa es que la gente parece que cree que no son tiempos propicios y lo ve como un gasto, cuando realmente es una inversión. Si tienes una época buena, no te paras a pensar en cómo mejorar porque tienen mucho trabajo, así que, en este sentido, bienvenida la crisis", argumentó.

Agregó el responsable del ITA, que la mala situación económica ha llevado a este centro tecnológico "a adaptarse y adelantarse a las necesidades del mercado" porque "el principal reto es "que las empresas comprendan que es muy difícil participar o competir en precio, porque los países emergentes ya trabajan en eso". Por tanto, "en España y Europa se debe competir con productos diferenciados y con más prestaciones".

"Es absolutamente necesario, puede que ahí esté el freno que nos limita si nos comparamos con Europa, por ejemplo, en el porcentaje del PIB destinado a innovación, que es también cultura, y cuanto más destinemos más nos acercaremos a las posiciones de los países avanzados de la Unión Europea", dijo Muniesa.

La necesidad de aumentar el porcentaje de recursos destinados a innovación quedó patente en la Cumbre de Lisboa, "donde se dejó claro que el futuro de Europa pasa por impulsar la inversión en I+D+i", dedicando a este fin el 3 por ciento de su PIB. Esta apuesta se reforzó en España con la puesta en marcha del Plan Ingenio 2010, y en Aragón, multiplicando el presupuesto destinado a esta materia", explicó el director gerente del ITA.

FOCALIZAR EL DESARROLLO

Manuel Muniesa añadió que, además de la intención, es necesario dar con los entes que saben hacer innovación y desarrollo, "falta focalizar ese tipo de actuaciones". Todavía queda un camino importante por andar, aunque muchas empresas se han dado cuenta ya de su importancia, como las de los sectores de las Tecnologías de la Información y Comunicación.

Aunque históricamente en el Instituto Tecnológico de Aragón (ITA) se trabajaba con los sectores de la automoción, electrodomésticos, transporte vertical, fabricantes de maquinaria de obra pública y construcción, en el último año se han abierto nuevas líneas de investigación: Una de tecnologías audiovisuales, con un centro de competencia nacional en el Parque Tecnológico Walqa de Huesca, y otra denominada 'logistics', de logística y Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), también de ámbito nacional, "para la que el Gobierno aragonés ha puesto las bases y ahora nosotros daremos el apoyo tecnológico".

El ITA, con más de 200 empleados, facturó 12 millones de euros en 2008, lo que supone un ligero aumento con respecto a 2007, ejercicio en el que alcanzó los 11,8 millones de euros. De esta forma, entre 2002 y 2007, duplicó su facturación.

El 50 por ciento de la facturación del ITA salió del desarrollo de proyectos de 1.200 empresas, un 30 por ciento de los proyectos de financiación pública competitiva, y el 20 por ciento restante de "dinero que nos da el Gobierno de Aragón para inversiones porque, por ejemplo en equipamiento gastamos más de un millón de euros al año", puntualizó Muniesa.

El ITA hace una labor de transferencia de conocimiento al participar en proyectos de investigación con empresas tractoras españolas y extranjeras, experiencias que se refleja en los servicios que ofrece a la pequeña y mediana empresa como departamento externo de innovación.

Muniesa recordó una anécdota de la empresa que creó el Iceberg de la Exposición Internacional de Zaragoza 2008. Esa empresa, dedicada al desarrollo de aparatos de feria, se presentó a un concurso de gran importancia en Barcelona, pero los adjudicadores pensaron que no se podría hacer cargo del proyecto porque era una empresa pequeña.

"Entonces, el gerente de la misma les trajo al ITA y les dijo: Este es mi departamento de innovación y todas estas personas trabajan para mí". Un hecho que favoreció la concesión del proyecto "porque somos una herramienta pública y servimos de apoyo a las pymes para asesorarlas tecnológicamente", argumentó Muniesa.

25º ANIVERSARIO

El ITA, que celebra este año sus veinticinco años de existencia nació en 1984 como un ente administrativo vinculado al Departamento de Industria del Gobierno aragonés, "con un grupo de gente inquieta de la Universidad que veía que este marco se le quedaba pequeño y necesitaba relacionarse con las empresas", subrayó Manuel Muniesa.

Hasta 1993 tuvo entre ocho y quince miembros, y "vieron que tenía futuro y que lo necesitaban las empresas aragonesas para mejorar su innovación y hacerse más fuertes", por lo que se decidió darle forma de empresa con la creación de la Sociedad Aragonesa de Tecnologías Aplicadas.

En el año 2000, el Instituto, ahora dependiente de la Consejería de Ciencia, Tecnología y Universidad del Gobierno de Aragón, adoptó la forma de entidad de derecho público, por lo que se rige por el derecho privado, laboral y mercantil, presenta balance de cuentas y tiene convenio laboral propio.

El ITA inició su segundo Plan Estratégico 2005-2008, en el que estableció la optimización de recursos humanos y técnicos, así como un plan de comunicación y un plan tecnológico.

La innovación en España se rige principalmente por dos modelos: el vasco, en el que "con gran apoyo del gobierno y de grandes empresas se montaron centros con determinadas tecnologías muy potentes" y el valenciano, "donde hay asociaciones empresariales sectoriales para satisfacer sus necesidades concretas". En el caso del ITA, se encuentra "a medio camino" entre ambos.