La laguna de la Zaida cierra sus compuertas para no dejar pasar el agua y permitir la siembra de sus tierras

Actualizado: sábado, 15 agosto 2009 9:04

ZARAGOZA, 15 Ago. (EUROPA PRESS) -

Los vecinos del término municipal de Used, situado en la Comarca del Campo de Daroca, en Zaragoza, cerrarán las compuertas de la finca de la Parada, también conocida como laguna de la Zaida, para que los barrancos de la Sierra de Santa Cruz no la inunden, ya que este año toca sembrarla.

La tradición es protagonista un año más de la finca de la Parada, que todos los 15 de agosto abre o cierra sus compuertas para dejar pasar el agua o detenerla. Este año toca sembrar la finca y, por tanto, se cerrarán las compuertas y el agua se desviará a la Laguna de Gallocanta.

La alcaldesa de Used, María del Carmen Sánchez, explicó a Europa Press que se trata de una tradición con "cuatro o cinco siglos de antigüedad" que nació cuando una persona de la nobleza, "posiblemente una mujer", donó la finca "a las personas con menos recursos del municipio, a la gente mayor que no podía trabajar y no tenía pensiones".

Desde entonces, la finca, de unas 100 hectáreas, se reparte entre los vecinos del término municipal, actualmente unas 100 familias. "Se van repartiendo las hectáreas a las parejas que, estando censadas en Used, se van casando, y la entrega se hace según la fecha de la unión", explicó la alcaldesa. Además, añadió que en la actualidad el Ayuntamiento ha tenido que "adaptarse a los nuevos tiempos" y ceder parte de la finca también a "parejas de hecho que no estén casadas".

El año que se cierran las compuertas de la finca, como en esta ocasión, los propietarios siembran las tierras. Por el contrario, el año que se abren las compuertas y el agua de los barrancos entra a la finca de la Parada, ésta se inunda. María del Carmen Sánchez afirmó que la tradición "permite regenerar la tierra" y aseguró que "la finca se enriquece y es la que más produce de todo el término municipal".

La alcaldesa afirmó que, cuando la finca se inunda, de agua dulce, se convierte en un refugio de aves migratorias durante el invierno y, por ello, "el nombre de la Zaida le viene como anillo al dedo" porque tiene varios significados: "señora, quien donó la finca; tierra que florece, y es la que más produce, y grulla damisela, porque es refugio de aves".

La frecuencia con la que se repite la tradición, que busca encontrar un equilibrio entre producción y respeto a la naturaleza, depende de la climatología. "Intentamos abrir las compuertas un año y cerrarlas al siguiente para poder sembrar, pero todo depende del tiempo. Si llueve mucho durante un año, aunque cerremos las compuertas para sembrar, no podemos hacerlo hasta que no se seque la finca del todo".