MONTORO (TERUEL), 15 Abr. (EUROPA PRESS) -
El núcleo rural de Montoro de Mezquita, dependiente de la localidad turolense de Villarluengo, puso hoy en marcha su nuevo local social, con el apoyo de diversas instituciones. La iniciativa parte de la Asociación para el Desarrollo de Montoro de Mezquita.
En la inauguración participaron el consejero de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, Alfredo Boné, el alcalde de la pedanía y de Villarluengo, José Antonio Domingo, y el presidente de la Asociación, Rogelio Salesa. También se ha contado con la presencia del director provincial de Medio Ambiente, José Antonio Gómez, el diputado provincial y alcalde de Mirambel, Ricardo Monforte; consejeros, alcaldes y concejales de la Comarca del Maestrazgo, además de representantes de otras asociaciones de la Comarca.
El nuevo local social de Montoro de Mezquita consta de dos plantas con entradas independientes. En la planta de arriba está el local social con un pequeño bar, mesas, un armario librería para tener publicaciones de la zona, televisión y varios ordenadores de internet rural. En la planta inferior se encuentra el antiguo horno, restaurado, que se dedicará a lugar de exposición y actividades.
DÉCIMO ANIVERSARIO
El 19 de diciembre de 1995 una docena de personas se reunieron en Montoro con la intención de buscar una solución a los graves problemas de infraestructuras que tenía el pueblo: sin luz eléctrica, salvo la generada por un pequeño salto de agua; un solo teléfono público sin posibilidad de instalaciones individuales; calles si asfaltar y sin inversiones continuadas por parte del Ayuntamiento de Villarluengo.
El resultado de esa reunión fue la firma de una acta fundacional de la Asociación para el Desarrollo de Montoro de Mezquita, que con fecha 7 de febrero de 1996 quedó inscrita en el Registro general de Asociaciones de la DGA. Así, este año 2006 se cumplen 10 años de la Asociación, con más de 200 personas inscritas y con un pueblo que ha cambiado totalmente.
Evidentemente no todos los cambios son logros de la Asociación, pero es obvio que, estando ahí, de una forma u otra se ha influido. Todos coincidimos en que el balance de estos años expositivo, tanto por las gestiones realizadas como por los frutos de las mismas.
La mejora de las infraestructuras ha acarreado que los particulares se hayan animado a la reparación de sus casas, evitando la pérdida de edificios que, junto al maravilloso entorno, hacen de Montoro un pueblo atractivo. No obstante, la recuperación de sus habitantes más allá de los jubilados que vuelven a su origen o personas que disfrutan sus vacaciones sería el objetivo y la prioridad a corto plazo.
