Zaragoza.- El Monasterio de Veruela ha recibido más de 40.000 visitas en los primeros seis meses de este año

Actualizado: sábado, 19 agosto 2006 18:15

VERA DE MONCAYO (ZARAGOZA), 19 Ago. (EUROPA PRESS) -

El Monasterio de Veruela, situado en el paraje del Moncayo, acumula una intensa actividad durante todo el año y hasta ahora ha recibido 40.000 visitas. Mientras espera que sea adjudicada su gestión a alguna empresa para convertirse definitivamente en Parador Nacional, algo que podría ocurrir en septiembre de este mismo año, en estos momentos las instalaciones del monasterio acogen distintas actividades.

Dos de las más destacadas se celebran durante este mes de agosto. Estas actividades son la exposición "Tesoros de Veruela. Legado de un monasterio cisterciense" y la XIII edición del Festival Internacional "Veruela Música Viva", que llena de música todos los rincones del monasterio los sábados del mes de agosto.

Veruela se halla en un pequeño valle formado por el río Huecha, cuyo nacimiento se encuentra muy cerca del monasterio, protegido por la mole mítica del Moncayo. Es precisamente esta sierra la que hace descubrir el Monasterio a muchos de sus visitantes, turistas que no sabían anteriormente de su presencia y que terminan su visita al Moncayo gratamente sorprendidos por los tesoros de este lugar sin igual, en el que próximamente se podrá también pernoctar.

El monasterio ha recibido en lo que va de año y hasta el pasado mes de julio más de 40.000 visitas, según fuentes del Monasterio. El lugar llega a alcanzar las 63.000 visitas al año, cifras que se cuantificaron el año pasado. Además, las recientes actividades que ofrece el monasterio, hacen que un mayor número de personas se acerquen hasta él. Por ejemplo, los conciertos programados en el XIII Festival Internacional "Veruela Música Viva" congregan cada sábado a cerca de 500 personas.

Aunque alcanza su mayor número de visitas en Semana Santa, cuando reúne a más de mil personas cada día en sus instalaciones, el lugar recibe un constante goteo de visitas, en parte gracias a las visitas guiadas que se mantienen durante todo el año.

Además, no sólo se acercan a este lugar turistas aragoneses, sino también personas de otros lugares de España y del mundo. Durante el día de hoy, el Monasterio ha sido visitado, según las mismas fuentes, por turistas de Barcelona, madrileños, italianos, franceses, portugueses, ingleses, y belgas, en el que ha sido un fin de semana especialmente agitado por el puente festivo del 15 de agosto.

UN MONASTERIO CON HISTORIA

Este Monasterio, casi convertido ya en parador nacional, ha recuperado en los últimos seis meses algunas de sus estancias más emblemáticas, como la sacristía barroca, la prisión, o la torre medieval. De esta manera ha pasado a ser uno de los pocos monasterios de su época, procedente del siglo XII, que conserva casi todas sus dependencias en perfecto estado.

Las instalaciones reúnen distintos estilos artísticos en sus muros y estancias, debido a las diferentes épocas en las que el monasterio fue un centro de vida y actividad. Por ello, se encuentran en él desde el románico en la portada de la Iglesia abacial, pasando por el gótico del interior del mismo templo o del claustro medieval, el renacimiento en las reformas realizadas por Fray Hernando de Aragón y el barroco en la portada de la sacristía y del monasterio nuevo.

El Monasterio de Veruela encuentra su origen en el siglo XII, cuando nació como abadía cisterciense. En 1141, Don Pedro de Atares, cedió los Valles de Veruela y Maderuela a los monjes cistercienses para que se fundasen un monasterio bajo la advocación de la Virgen María.

Los monjes cistercienses encontraron en los extensos bosques del somontano del Moncayo el silencio y la soledad que su regla monástica exigía, además de otros elementos fundamentales para la vida cisterciense, como las piedras de las canteras de la zona, y el agua del río Huecha, río que fue, precisamente, el eje de la articulación del señorío verolense.

Veruela fue abandonada por los cistercienses en 1835, año en que tuvo lugar la desamortización de Juan Álvarez Mendizábal, acontecimiento que propició la destrucción y el abandono del cenobio. No obstante, una junta de conservación formada por gentes de Borja y Tarazona impidieron su ruina total y gracias a la creación de una hospedería pudieron conservar el monumento.

Esta hospedería fue ocupada durante la segunda mitad del siglo XIX por la alta sociedad zaragozana e ilustres personajes como los hermanos Bécquer, el poeta Gustavo Adolfo y el pintor Valeriano. Los hermanos Bécquer encontraron en Veruela el lugar romántico que les inspiro parte de su obra, dando origen, de esta manera a obras como Rimas y Leyendas, o la colección de grabados del pintor.

La presencia del poeta ha otorgado a Veruela parte de la universalidad y la fama de la que hoy disfruta, algo que no consiguieron ni la larga presencia cisterciense, que duró varios siglos (1145-1835), ni la estancia jesuítica entre los años 1877 y 1975.