El acusado de intento de homicidio reconoce que golpeó a su ex repetidamente con una llave "para librarse de ella"

Actualizado: martes, 6 abril 2010 16:50

OVIEDO, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -

El hombre acusado de un delito de intento de homicidio por agredir a su ex mujer en el garaje del domicilio de ésta, en Avilés, reconoció hoy que la golpeó "repetidamente" en la cabeza con una llave de "unos treinta centímetros" que previamente le arrebató, con el objetivo de "quitársela de encima" durante una agresión mutua. Aseguró que no está arrepentido y dijo que "volvería a hacerlo".

"Tenía tres alternativas: el cementerio, porque ella me hubiera matado; el hospital o Villabona y entre las tres, sinceramente, me quedo con la tercera", dijo hoy en la vista.

En el juicio, que se celebró en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Oviedo, tanto el Ministerio Público como las partes elevaron a definitivas sus conclusiones provisionales. La Fiscalía le imputa un delito de homicidio en grado de tentativa por el que solicita nueve años y medio de prisión. Los hechos quedaron vistos para sentencia.

Durante el turno de fijación de posiciones, el fiscal aseguró que los hechos son "claros y acreditados" y habló de un ataque "frío, racional y de naturaleza extremadamente violenta" por parte del acusado. "Trataba de acabar con alguien que, según él, le hacía la vida imposible", concluyó. Asimismo, calificó de "irracional" que una persona que busca entrevistarse con una familia -como sostuvo el acusado- acuda enmascarado y armado con "una pluralidad de objetos".

Según se puso de manifiesto hoy en la sala, el hombre portaba una pistola de fogueo, una porra eléctrica y, supuestamente, una lleva metálica. Asimismo, en su vehículo fueron hallados unos guantes de látex, alcohol y una bola de hierro dentada conocida como "rompecabezas", que, según su testimonio, compró con su ex mujer y "adorna la pared de su casa".

Por su parte, la acusación particular elevó la petición hasta los quince años de prisión al entender que se trató de un intento de asesinato "porque hubo ensañamiento y alevosía". La defensa, sin embargo, interesó que se califiquen los hechos como un delito de lesiones y que se condene al acusado a una multa de seis euros diarios durante un año o a la privación de libertad durante el mismo periodo.

En el juicio, que se prolongó durante más de dos horas y media, el hombre negó tener un carácter violento e instó a pedir los informes de la cárcel de Villabona, donde lleva veinte meses en prisión preventiva. "La justicia a mi me está machacando por todos los lados; extraviaron mi denuncia y mi parte médico en el Juzgado de Avilés", criticó.

"NECESITABA VER A MI HIJA"

Declaró que la mañana del 21 de julio de 2008 acudió a la vivienda de su mujer con una gorra, una peluca y unas gafas porque de lo contrario y dadas las amenazas que sufría del entorno de su mujer, no habría podido acercarse. Una vez allí, subió al rellano del segundo, con la voluntad de entrevistarse con su ex mujer y los padres de ésta y solucionar "el tema de la niña", que en ese momento dormía y con quien su ex "bloqueaba todo tipo de comunicación". "Fui a verla porque tengo una necesidad imperiosa de ver a mi hija", se justificó.

Una vez allí, y siempre según su versión, ambos bajaron juntos en el ascensor hasta el garaje donde se inició una agresión mutua, con un objeto metálico de unos treinta centímetros de longitud, que la mujer "sacó de su vehículo". "No le pegué una vez, lo hice reiteradamente; mi cabreo era muchísimo", depuso ante el juez.

Ante la llegada de un vecino esgrimió un arma de fogueo que portaba. "Mi pobre mujer debió pensar que le iba a pegar cuatro tiros cuando me vio con la pistola de fogueo en la mano", lamentó y añadió que los objetos que llevaba son defensivos, y no ofensivos y solo hubieran servido para matarla "de un susto". "Si hubiera sido un intento de asesinato sí merezco estar en la cárcel, pero por tonto".

La víctima, que declaró a escasos metros del acusado oculta tras un biombo, manifestó por el contrario que su ex marido la abordó por sorpresa en el habitáculo que separa el ascensor del garaje y, sin mediar palabra, le propinó "varios golpes en la cabeza con un arma metálica plateada". "Le tengo pánico y llevaba un año huyendo de él; nunca me hubiera acercado voluntariamente", apuntó.

La mujer explicó además que el hombre, de quien se divorció tras treinta años de matrimonio, le ha pinchado en repetidas ocasiones las ruedas del coche y algunas semanas antes llamó al domicilio profiriendo insultos y amenazas de muerte. "Te voy a abrir en canal", le amenazó.

Un vecino, policía local de Avilés, que declaró en calidad de testigo, explicó que cuando llegó con su vehículo vio a la mujer ensangrentada y prácticamente inconsciente y al agresor con una llave metálica, una defensa eléctrica y un arma de fuego corta. A su juicio, el agresor presentaba "una concentración y una frialdad extraordinarias".

En la vista prestaron declaración además dos médicos forenses y una facultativo que atendió al hombre "de urgencia" sobre las doce de la mañana del mismo día. El hombre presentaba erosiones en la parte izquierda de la cara y el cuello y contracturas "típicas de una pelea". Según la testigo, durante la visita dijo que "no había visto a su agresor".

LOS HECHOS

Según la calificación del Ministerio Público, los hechos sucedieron sobre las 8 de la mañana del 21 de julio de 2008, cuando el hombre "con ánimo de acabar con la vida de la mujer" se introdujo en el garaje y la esperó en la zona de los ascensores. Caracterizado con una peluca, un gorro y unas gafas, la abordó e impidió que escapara, agarrándola del brazo. A continuación, le propinó varios golpes en la cabeza con un objeto no identificado "metálico y contundente" y le dio una descarga a la altura del codo con una porra eléctrica. En ese momento llegó un vecino, ante quién mostró una pistola detonadora que también portaba consigo, antes de huir.

Como consecuencia de lo acontecido, la mujer sufrió heridas en el cuero cabelludo y contusiones que precisaron de tratamiento quirúrgico y la mantuvieron 20 días imposibilitada. En la actualidad, le quedan como secuelas cicatrices y una ansiedad "leve".

Además de la pena de privación de libertad, el fiscal pide que se le imponga una orden de alejamiento durante quince años y que indemnice a la mujer en 3.000 euros por los perjuicios físicos y morales.

Entre el hombre y su ex pareja existían controversias por la hija común y las medidas acordadas como consecuencia de la disolución de su matrimonio. La víctima había formulado denuncias anteriores frente al acusado que habían sido sobreseídas.