OVIEDO, 28 Ene. (EUROPA PRESS) -
El Principado de Asturias es la segunda comunidad autónoma, tras Castilla y León (-0,42%), con mayor pérdida de población en el primer semestre de 2020, al registrar 3.474 habitantes menos, que suponen un -0,34% menos de población según los datos publicados este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
En concreto, Asturias pasó de tener el 1 de enero de 2020 un total de 1.018.899 habitantes a contar con 1.015.425 ciudadanos a 1 de julio del año pasado. El saldo vegetativo fue de -4.842 habitantes en el primer semestre, mientras que hubo un saldo migratorio exterior positivo de 1.352 habitantes y un saldo migratorio interior positivo de 37 habitantes.
En el conjunto de España, la población aumentó en 18.953 personas en la primera mitad de 2020 y se situó en 47.351.567 habitantes a 1 de julio del año pasado. Se trata de "valor máximo de la serie histórica".
Según ha señalado el INE, este aumento poblacional se ha producido a pesar del saldo vegetativo negativo de 94.057 personas (167.559 nacimientos, frente a 261.616 defunciones) que se ha registrado en este periodo, marcado a partir del mes de marzo por la pandemia.
Lo que ha compensado esta cifra ha sido, según apunta el estudio, el saldo migratorio positivo de 113.856 personas. En los seis primeros meses de 2020 se registraron 245.301 inmigraciones procedentes del extranjero, mientras que se contabilizaron 131.445 emigraciones con destino al extranjero, en el mismo periodo. De hecho, el informe destaca que la población extranjera en España ha crecido, mientras que la nacionalidad española se ha reducido.
Por comunidades autónomas, los mayores incrementos de población en términos relativos se dieron en Baleares (0,37%), Canarias (0,33%) y Región de Murcia (0,28%); mientras que los mayores descensos se dieron en Castilla y León (-0,42%), Principado de Asturias (-0,34%) y Extremadura (-0,25%).
IMPACTO DE LA PANDEMIA
En el estudio, el INE advierte de que la crisis sanitaria del Covid-19 ha tenido un doble impacto sobre estas estadísticas debido a las restricciones de movilidad que, según ha explicado, han producido una reducción de los flujos migratorios. Además, la mortalidad también se incrementó, por lo que el saldo vegetativo se ha reducido considerablemente.
Del mismo modo, ha destacado que la gestión padronal por parte de los ayuntamientos, de la que se nutre el INE, se vio afectada, porque las entidades locales no pudieron trabajar con normalidad y porque los plazos administrativos sobre caducidad y comprobación de residencia de extranjeros se ampliaron.
