OVIEDO, 16 Dic. (EUROPA PRESS) -
El hombre de 22 años que provocó un incendio en el edificio de Oviedo en el que vivía con su pareja después de que la mujer le dijera que quería separarse ha aceptado este lunes los hechos y una pena de prisión de cinco años de cárcel por un delito de icendio. La pena es la mitad de la solicitada inicialmente por la Fiscalía, ya que la mujer decidió retirar la acusación particular.
Además el condenado, que lleva ya 16 meses en prisión, negó el delito de amenazas que se le imputaba inicialmente y que también fue retirado por la Fiscal "a la vista del reconocimiento del acusado del resto de delitos y de la retirada de la acusación por parte de la supuesta víctima".
Por el delito de daños, que si renoció, se le ha impuesto una multa de 14 meses con cuota diaria 6 euros. Así mismo se le ha impuesto la prohibición de aproximación a su pareja por un periodo de seis años y no de trece como se solicitaba inicialmente y se ha suprimido la orden de alejamiento de sus hijas y también la privación de patria potestad de las dos niñas.
El condenado llegó esposado a la Sección Tercera de la Audiencia y acompañado de dos agentes que tuvieron que sujetarlo, ya que este fue recibido con abrazos y un beso por parte de su pareja que esperaba en los pasillos a la entrada de la Sala de vistas. La situación volvió a repetirse a la salida del hombre de la Sala obligando a intervenir a los agentes.
El condenado, que cuenta con numerosos antecedentes, trató de revolverse frente a los dos policías y dentro de la Sala, donde siguió esposado durante la vista volvió a mostrar actitud agresiva. Ya en en el momento en el que fue detenido por los hechos que ahora se juzgaban, el condenado escapó de la Comisaría causando incluso daños a un agente.
Según el relato del Ministerio Fiscal el procesado mantenía una relación sentimental de pareja con convivencia con la agredida desde hacía unos dos años aproximadamente, fruto de la cual tienen dos hijas menores en común. En el momento de los hechos, la mujer estaba embarazada.
El 8 de agosto de 2018, cuando el procesado y la mujer regresaban a su domicilio, él comenzó a pedirle explicaciones, recriminándole que estuviese con otros hombres, insistiendo una y otra vez, muy alterado y amenazando con destrozarle el piso.
Cuando llegaron al inmueble, la mujer decidió hablar con él en el portal, comunicándole que le permitía quedarse en la vivienda hasta que cumpliera unos "arrestos domiciliarios" y que luego cada uno se iría por su lado, ante lo cual, el procesado reaccionó de modo violento y, tras coger una tapa de alcantarilla, la lanzó contra la cristalera de un negocio ubicado en uno de los locales del edificio, rompiéndola.
La mujer, ante el temor que sentía, optó por ir a casa de su hermano, que vivía en el tercer piso del mismo bloque, mientras que el procesado se fue a su domicilio. Una vez allí, reunió diversos materiales combustibles encima de un sofá y les prendió fuego. Previamente había colocado una tabla bloqueando la puerta de la vivienda para evitar la entrada de terceras personas que pudieran apagar las llamas, por lo que estas se propagaron con rapidez. Los vecinos del inmueble tuvieron que abandonar sus casas, hasta que una dotación de bomberos consiguió sofocar el incendio. También resultaron dañadas dos máquinas de un laboratorio dental instalado en el bloque.
