OVIEDO, 25 Abr. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Principado de Asturias, Javier Fernández, ha considerado este viernes que resulta "aberrante que se alardee de recuperación con más de cinco millones de parados".
Lo ha hecho en su discurso en el acto de entrega de los premios de UGT Asturias Primero de mayo. En su intervención ha destacado que de un tiempo a esta parte, se exhiben datos macroeconómicos como señales inequívocas que la redención está a la vuelta de la esquina, unos datos que ha dicho "son positivos y pueden ser la avanzadilla de un proceso de despegue económico prolongado".
"Cada vez que hay un buen dato el presidente del Gobierno y el ministro de Economía se retratan encantados al lado del índice, que se presenta en sociedad lleno de lazos y perifollo, envuelto ente algodones como una criatura digna de veneración. Yo no cuestiono ni ridiculizo esos números, pero me parece aberrante que se alardee de recuperación con más de cinco millones de parados", ha dicho el Jefe del Ejecutivo asturiano.
En este sentido ha resaltado que también en Asturias afloran indicadores positivos, "pero sería igual de indignante presumir de fin de la crisis con más de cien mil desempleados, con miles de trabajadores angustiados por su futuro".
Y es que en opinión del socialista Javier Fernández, en una crisis como ésta, ya muy prolongada, el tiempo es un factor principal de riesgo. "Hemos de preguntarnos cuánto podemos aguantar por este camino sin acabar con las señas de la Unión Europea", ha dicho.
El presidente asturiano ha dedicado buena parte de su discurso a reflexionar sobre los motivos por los que el euroescepticismo ha ido avanzando en nuestra sociedad y ha indicado que hoy "uno de los pilares de ese edificio --que es Europa-- está seriamente dañado, la Europa social, el sistema de garantías sociales levantado a partir de la segunda gran guerra".
"Me atrevo a decir rotundamente es que no se puede concebir la Unión Europea sin su modelo social", ha dicho Fernández, que ha destacado la necesidad de "recuperar con fuerza la apuesta por la construcción europea, con los mismos anhelos de calidad democrática, garantías sociales y desarrollo económico que compartían hace décadas".
Así, se ha mostrado convencido de que se puede lograr. "Pero para ello no podemos desfallecer en la brega por objetivos inmediatos. Necesitamos que las instituciones europeas cambien de rumbo, que entiendan que sin otra política económica, que sin plantar cara a la hegemonía alemana, incluidos sus traumas interiores, no podremos asegurar la supervivencia del sistema de garantías sociales que es parte sustancial del ideal europeo", concluyó.
