La madre de un niño de 7 años con graves trastornos psiquiátricos reclama ayuda al Principado ante un "caso único"

Actualizado: domingo, 8 junio 2008 15:37

Lamenta que le digan que "aprenda a vivir con ello" y teme que la falta de integración "le lleve a delinquir cuando crezca".

Uno de los médicos que tratan al menor califica el caso de "muy grave y complejo" y resalta los riesgos de su trastorno de desarrollo.

OVIEDO, 8 Jun. (EUROPA PRESS) -

Vanesa Rebordinos, la madre de un niño de siete años de Sotrondio con graves trastornos psiquiátricos, reclama ayuda del Gobierno del Principado para afrontar la atención de su hijo ante una situación que considera cada más "insostenible". El número y la complejidad de patologías que padece el pequeño lo convierte en un "caso único" en Asturias, según reconocieron los médicos que le están tratando.

El pequeño, enfermo crónico, está a tratamiento farmacológico desde los tres años y los especialistas no prevén que exista mejora en sus patologías. El pequeño sufre un trastorno bipolar, tiene rasgos autistas y TDAH del subtipo combinado con transtorno oposicionista desafiante que le hace ser agresivo, hiperactivo e impulsivo. Su familia se siente incapaz de afrontar la educación del pequeño sola y dice encontrare desaparada por parte de las instituciones que no dan respuesta a las necesidades del pequeño cuyo estado no mejorará con el tiempo sino que podría incluso agravarse.

Según explicó Vanesa Rebordinos a Europa Press el pequeño necesita "integrarse" y considera que "lo mejor" para ello es que la Consejería de Educación la autorice a cambiar a su hijo del Colegio Público Rey Aurelio (Sotrondio) al centro público de Educación Especial Juan Luis Iglesias Prada de Sama de Langreo.

Así, Rebordinos urge a la Administración a resolver su petición antes de que finalice el periodo de matriculación para que el niño pueda cursar Segundo de Primaria en Sama, porque teme que un retraso administrativo impida un cambio "que puede ser beneficioso".

Según ella, el niño no se siente integrado en el colegio de Sotrondio y le resulta "prácticamente imposible" cumplir con el horario lectivo por las frecuentes 'crisis' que padece. "Va al colegio a las 9.00 horas y un par de horas después me llaman para que vaya a recogerlo porque le ha dado una crisis", explica Vanesa Rebordinos su dura situación.

Así, entiende que "lo mejor" para su hijo es asistir al centro de Sama "que dispone de profesionales cualificados, comedor y clases de hábitos de aseo para que los pequeños aprendan a valerse por sí mismos", argumenta.

Rebordinos lleva tiempo pidiendo "soluciones y ayuda a sobrellevar la situación" pero por el momento está a la espera. "Lo único que me dicen es que aprenda a vivir con ello", lamenta al tiempo que apunta que "quizá luego sea demasiado tarde y habrá que decirle a la sociedad que aprenda también a vivir con ello", dijo en referencia a una posible conducta delictiva futura. "Temo que la falta de integración le lleve a delinquir cuando crezca", señaló.

El pediatra del Hospital del Nalón Marcelino García-Noriega Fernández, especializado en TDAH, y que trabaja en el caso, no sabe decir hasta qué punto es mejor que vaya a un colegio especializado o a uno ordinario. "De conseguirse controlar al niño farmacológicamente no sería descartable la integración en un colegio ordinario como en el que está matriculado actualmente ya que no tiene un retraso cognitivo importante y puede llegar a ser autónomo en muchas cosas", apuntó.

Sin embargo, y a la vista de que la medicación no surte el efecto esperado en su conducta, el médico entiende que la situación actual "es otra". "Nos encontramos con un problema muy serio porque tiene un problema conductual grave y tiene brotes que hacen muy difícil su control", explicó. Por ello, considera que "si ni la farmacología es capaz de lograr controlar las crisis, habría que valorar la matriculación en un colegio especializado".

INGRESO HOSPITALARIO.

Vanesa Rebordinos reivindica, también, que el sistema de salud acceda a ingresar al niño para tenerlo en observación clínica durante el tiempo suficiente para evaluar su estado antes, durante y después de las crisis.

García-Noriega, a quien Rebordinos está "muy agradecida", apuntó, al respecto, que el problema radica en que "no hay psiquiatría hospitalaria de niños". "Se podría ingresar en pediatría, pero quedaría a cargo de psiquiatría de adultos, y se trata de unas connotaciones muy especiales, no sirven soluciones improvisadas, se necesita más tiempo", argumentó.

Por ello, el médico sostiene que "no es que no quieran dejar al niño ingresado, sino que se trata de una especialidad propia de un Hospital Psiquiátrico de niños con un ingreso largo y una evaluación por psiquiatras infantiles, y sin embargo, estamos deficitarios en ingresos en el sistema de psiquiatría infantil". "Psiquiatras infantiles sí los hay, pero el sistema no está preparado para casos agudos", añadió.

Así, indicó que en Salud Mental las consultas están aumentando en el Principado, en especial por alteraciones del sueño, fobias o trastornos de ansiedad. "Ese tipo de patologías ha aumentado, pero los casos agudos como este no, son puntuales", concluyó.

AYUDA A LA DEPENDENCIA.

A la espera de que Educación resuelva si el pequeño puede matricularse en Sama, Vanesa Rebordinos también está pendiente de la evaluación de los técnicos para percibir ayuda en el marco de la Ley de Dependencia, ya que el niño tiene un 37 por ciento de minusvalía.

Prevé que en julio pueda tener la resolución pero teme que, tal como le señaló la técnica que fue a su domicilio, "la ayuda sea económica". "No quiero dinero, necesito a una persona cualificada que me ayude a cuidarlo", reseñó.

García-Noriega dijo que lo que "desespera" no es el diagnóstico "sino las soluciones". "El diagnóstico es importante para orientar el tratamiento pero no es definitivo ya que tiene que evolucionar con el propio desarrollo del niño", apuntó al tiempo que incidió en que "aún es muy pequeño".

Por eso, dio su apoyo a los argumentos de la madre sobre que "lo que prima es la conducta, la vida social y la integración del niño". "Cómo lo integras en el colegio y en la sociedad misma, esa es la pregunta y sobre ella hay que ofrecer las soluciones", remarcó el facultativo.