El Principado prevé pedir la fase 2 a partir del lunes 25 de mayo y mantendrá los dispositivos hospitalarios adicionales
OVIEDO, 14 May. (EUROPA PRESS) -
El consejero de Salud del Principado de Asturias, Pablo Fernández Muñíz, ha insistido este jueves en la necesidad de mantener la prudencia y las medidas e protección individual y colectiva ante la incertidumbre que rodea a la evolución de la pandemia y el riesgo de rebrote de infecciones por COVID-19.
Así lo ha apuntado durante su comparecencia telemática en el grupo de trabajo de la Junta General para el seguimiento y evaluación de la gestión de la crisis del coronavirus en Asturias.
El titular de la política sanitaria del Principado ha advertido de que actualmente, cuando se cumplen dos meses del inicio del estado de alarma, aún se está en un momento "bastante inicial de la crisis sanitaria". "Queda mucho por que gestionar", ha apuntado.
Fernández Muñiz ha destacado que la gestión de la primera etapa de la pandemia en Asturias ha tenido un resultado razonablemente bueno, con tasas de incidencia y mortalidad inferiores a la media nacional. Asimismo, ha señalado que para los próximos meses se está reforzando el sistema de rastreo de casos, así como la Atención Primaria, el servicio de UCI y diversas especialidades como medicina interna o neumología.
Al respecto, ha explicado que la estrategia de su departamento se centra en cuatro líneas de actuación para garantizar la coordinación entre niveles asistenciales y administraciones públicas; las medidas de prevención y protección de la salud; las respuesta adaptativa inmediata en caso de repunte de la infección; y las medidas de formación e información.
Fernández Muñiz, además, ha dicho que la previsión del Gobierno asturiano es pedir pasar a la fase 2 a partir del lunes día 25 de mayo. En ese sentido, ha comentado que la monitorización que se está llevando a cabo desde Atención Primaria podrá aportar información útil sobre la evolución de la enfermedad durante estas semanas de la primera fase de la desescalada.
El consejero ha aprovechado, igualmente, para agradecer el esfuerzo de los profesionales y la ciudadanía asturiana. Al respecto, considera que los próximos meses habrá que afrontarlos "sin euforia ni pesimismo", sino desde "el sentido común y guiados por el rigor técnico y la prudencia".
En respuesta a los grupos parlamentarios, el consejero y el director general de Salud Pública, Rafael Cofiño, han señalado que la prevención y la protección serán esenciales durante el desarrollo de las distintas fases de la desescalada y en la denominada 'nueva normalidad'.
En ese sentido, entienden que habrá que aprender a convivir durante meses con mascarillas, distancia de seguridad, pautas de higiene y otras medidas de protección, como las mamparas, máxime cuando los primeros datos del estudio sobre seroprevalencia evidencian que solo el 1,8% de los asturianos han tenido contacto con el coronavirus y han generado inmunidad.
En cuanto a la posibilidad de retomar las clases presenciales para algunos cursos en junio, desde la Consejería de Salud dicen que es competencia de Educación considerar si es o no necesario, atendiendo a las especificidades de cada fase de la desescalada.
No obstante, aseguran que desde Salud Pública ofrecerán asesoramiento en los protocolos para garantizar "la máxima protección" si así se produce. Además, consideran que tanto en el ámbito educativo como en otros sectores, se requiere "tiempo" para "no precipitarse" y abogan por "consensuar y explicar las decisiones".
Sobre los dispositivos hospitalarios adicionales, el consejero ha confirmado la intención del Principado de mantenerlos para recobrar progresivamente "la normalidad" de los hospitales asturianos y conservar una "capacidad de respuesta rápida" en caso de que haya una nueva una oleada. Así, ha hecho mención tanto al equipamiento instalado en el recinto ferial Luis Adaro, de Gijón, como al Centro de Referencia para personas con Discapacidades Neurológicas (Credine), de Langreo.
