SANTANDER, 30 Ago. (EUROPA PRESS) -
Medio centenar de personas participó anoche en una nueva observación astronómica a bordo de la goleta 'Cantabria infinita', organizada por la Agrupación Astronómica Santander (Astrosantander) dentro de las actividades del Año Internacional de la Astronomía), que ha contado con la colaboración del CIMA, de la Consejería de Medio Ambiente.
Aunque la noche no ofreció condiciones óptimas para la observación, ya que la luna iluminaba el cielo en cuarto creciente y la contaminación lumínica de Santander se incrementó con los fuegos artificiales, un grupo de cincuenta personas, capacidad máxima del barco, partió desde la Grúa de Piedra para navegar por la bahía y seguir atentamente, desde cubierta, las explicaciones de megafonía sobre las constelaciones y estrellas visibles.
La observación estuvo dirigida por el presidente de Astrosantander, Manuel de Vicente, según destacó la Consejería de Medio Ambiente en nota de prensa.
No es la primera vez que se lleva a cabo una observación astronómica desde el mar para alejarse de los focos de contaminación lumínica que suponen los núcleos urbanos costeros. El pasado día 12, también desde la goleta, Astrosantander organizó la observación de las Perseidas, que fue destacada en diversos foros de Internet del Año de la Astronomía.
La Consejería de Medio Ambiente realiza diversas acciones en materia de preservación del cielo oscuro desde que en junio de 2006 se promulgó la Ley Autonómica de Prevención de la Contaminación Lumínica. Además, subvenciona diferentes proyectos, fundamentalmente municipales, que persiguen reducir la contaminación lumínica modificando el sistema de iluminación vial.
Un importante apoyo a la Astronomía lo constituye el Observatorio Astronómico de Cantabria, recurso educativo de la Consejería de Medio Ambiente, para constituir el centro de referencia de las actividades didácticas, divulgativas y científicas relacionadas con la Astronomía en Cantabria.
El Observatorio Astronómico, por su situación en el Páramo de La Lora, dispone de unas condiciones aptas para la actividad astronómica, sin contaminación lumínica, con menor nubosidad y precipitaciones que el resto de la Cornisa Cantábrica. Está situado a 1.060 metros de altitud, en una planicie, con un horizonte abierto.
Desde la cúpula, de cuatro metros de diámetro, se realizan las observaciones, tanto visuales (con público) como instrumentales (con fines científicos). Dispone de dos telescopios. El principal está equipado con una cámara CCD, un espectrógrafo y un fotómetro. El telescopio secundario se utiliza principalmente para las observaciones solares.
