SANTANDER, 1 Dic. (EUROPA PRESS) -
El alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, presentará hoy en Estrasburgo (Francia), ante el Consejo de Poderes Locales y Regionales de Europa (CPLRE), el avance del estudio sobre los efectos del cambio climático en las ciudades y poblaciones costeras que el Consejo de Europa ha encargado al Ayuntamiento de Santander y la Universidad de Cantabria (UC).
De la Serna intervendrá, junto al director del Instituto de Hidráulica de la UC, Íñigo Losada, y en presencia de expertos internacionales, ante el Consejo de Poderes Locales y Regionales, donde expondrá el avance de este informe, indicó el Ayuntamiento.
Es la primera vez que España hace una presentación sobre cambio climático ante el Consejo de Europa, a través del Consejo de Poderes Locales y Regionales, y, en este caso, Santander se convertirá en una referencia ya que el estudio servirá para diseñar una serie de directrices que los ayuntamientos puedan seguir en sus políticas de gestión frente al cambio climático.
El documento plantea dos líneas de trabajo: por un lado, las políticas dirigidas a la prevención de la emisión de gases de efecto invernadero, con acciones como la puesta en marcha de planes energéticos o la adhesión de los municipios al Pacto de Alcaldes, por el que los ayuntamientos se comprometen a reducir en un 20 por ciento las emisiones de CO2 a la atmósfera en 2020; y, por otra parte, la adaptación y mitigación del cambio climático, con actuaciones que incluyen la protección y reubicación de infraestructuras.
De la Serna apuntó que los efectos del cambio climático en las áreas urbanas costeras puede dañar, a largo plazo, el desarrollo conseguido o reducir el nivel de vida, por lo que se hace necesario actuar en su prevención.
Entre los efectos que ya se están produciendo se refirió al aumento del nivel del mar, no sólo debido al deshielo de los polos, sino a otros factores, como los cambios en el comportamiento y frecuencias de las tormentas.
En este sentido, indicó que el nivel medio global del mar se elevó de media 1,8 milímetros por año entre 1961 y 2003, una cifra que prácticamente se ha duplicado a partir de ese año, hasta los 3,1 milímetros anuales. Se estima que, en el siglo XX, el nivel del mar creció 17 centímetros, mientras que la predicción de la tendencia para el siglo XXI es que, al final del siglo, haya aumentado en 59 centímetros.
Esta tendencia, que se prevé que continuará, puede ser reducida mediante medidas de mitigación, que retrasarían aunque no evitarían los impactos en las ciudades costeras, por lo que se hace necesario actuar también en la adaptación a estas circunstancias.
Las medidas de adaptación pueden consistir en nuevas ubicaciones; construcción de nuevas infraestructuras, como diques o barreras; restauración de ecosistemas naturales generando servicios para la protección costera, como es el caso de pantalones, zonas húmedas, dunas, arrecifes o lagunas; o la reparación de las infraestructuras básicas para contar con nuevas condiciones en el nivel del mar y el oleaje.
El alcalde explicó que, entre las medidas de adaptación, se puede incluir también la planificación del uso del suelo, códigos de edificación y otras regulaciones, así como programas financieros e incentivos y desestímulos, como, por ejemplo, abandonar áreas en riesgo.
