El acusado de violar a una mujer en un bar de Ampuero dice que "no se resistió" y ella lo niega

Actualizado: miércoles, 23 septiembre 2009 16:14

SANTANDER, 23 Sep. (EUROPA PRESS) -

El propietario de un bar de Ampuero, J.T.A., aseguró hoy que la mujer que le acusa de violarla cuando estaban en su local, tras invitarla a copas y cocaína, "no se resistió en ningún momento" y que, al contrario, era "muy fogosa". La denunciante, en cambio, sostuvo que "intentó defenderse", pero no "podía con él", y que chilló hasta "quedar afónica".

Ambos declararon hoy en el juicio que contra él se ha celebrado por agresión sexual en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria. El Fiscal pide para él una pena nueve años de prisión y una indemnización de 12.000 euros, que la acusación particular eleva a once años, si bien esta parte ha rebajado la petición de indemnización inicial por los daños físicos.

La noche del 26 de octubre de 2005, la denunciante salió con una amiga a cenar por Santoña. En un momento dado, su amiga se marchó a casa, y ella decidió irse sola a Laredo, a tomar una copa porque "no podía dormir" y "tenía una tristeza interior" debido a una reciente situación personal.

Al notar que estaba en estado de embriaguez, optó por esperar en el aparcamiento a que "se le pasara" antes de conducir de regreso a casa. Fue allí donde se encontró con el acusado, que estaba en compañía de una amiga.

En este punto las versiones difieren. Según ella, fueron ellos quienes la invitaron a irse con ellos a Ampuero, ofreciéndola ir en su coche y llevándole luego de regreso. En cambio, su amiga, única testigo aparte de la víctima, sostiene que fue la denunciante la que pidió que la llevaran, sin aludir a la forma de regresar.

Ya en Ampuero, fueron a un local propiedad del acusado, donde tomaron alcohol y cocaína. Aquí la denunciante asegura que era la primera vez que consumía y que lo hizo porque la insistieron "mucho", diciéndola que así se la pasaría la embriaguez --la acusación particular también pide tres años de prisión por el delito de favorecimiento de consumo de drogas--. El acusado y su amigo consideran que, a la luz de su comportamiento, "sí sabía esnifar".

Hubo un momento en que la testigo amiga del acusado se marchó del local, quedando estos solos. Fue una circunstancia que la mujer asegura que le sorprendió, aunque ambos siguieron hablando y tomando copas.

Entonces, según él, empezaron a "besarse y acariciarse". J.T.A. dijo en su declaración que fue ella, que estaba "muy fogosa" la que se quitó la ropa y se tumbó sobre el mostrador para mantener relaciones. Después, ya de día, se marchó voluntariamente. "No pidió ayuda, ni socorro", relató.

En cambio, la mujer señaló que estaba "mareada" y que el hombre la "empezó a tocar". Se produjo un forcejeo, pero ella "no podía con él". Hay un momento del que ella "no se acuerda de nada", pero cuando "volvió en sí" estaba sin ropa y sentía dolor, continuando, se*gun ella, los abusos.

Al llegar a casa, acudió a un amigo para que la llevara a urgencias por las lesiones --"estaba hecha un trapo", dijo--, y no fue hasta la noche cuando que acudió al ginecólogo y optó por denunciar la agresión, de la que no ha informado a su familia.

En el juicio, los peritos que hicieron el informe psicológico de la denunciante explicaron que su relato de los hechos es "creíble", y que presentaba elementos típicos de las víctimas de agresiones sexuales, como el sentimiento de culpabilidad o la tardanza en denunciar. Sí que apreciaron una "exageración" en algunos síntomas.

Por su parte, los forenses afirmaron que "no se puede establecer si fue agredida" para mantener la relación, ya que algunas de las lesiones pudieron deberse a contusiones o rozamientos. Los análisis ginecológicos no mostraron lesiones de una agresión, aunque no descartan el uso de la fuerza.