Cinco años cárcel para un anciano que atacó con una maza a su hermano disfrazado con peluca y barba

Actualizado: domingo, 12 febrero 2012 18:39

SANTANDER, 12 Feb. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia Provincial de Cantabria ha confirmado la condena de cinco años y medio de prisión impuesta a un hombre de 80 años que, disfrazado con una peluca, barba y gafas de sol, atacó a su hermano, también octogenario, y a una mujer, causándoles numerosas lesiones. El acusado se encuentra desde entonces en arresto domiciliario.

Los hechos tuvieron lugar el 20 de septiembre de 2010, cuando el acusado, Manuel G.A., en compañía de otras dos personas con quienes había contactado días antes, entro en el establecimiento propiedad de su hermano, situado en Torrelavega, con la intención de agredir a su sobrino, hijo del anterior, con el que mantenía malas relaciones desde hace más de 30 años.

El agresor preguntó por una prenda a la dependienta y subió con ella al piso de arriba, donde tuvo una pequeña discusión con las dos personas que le acompañaban, porque querían marcharse. Al oír los ruidos, su hermano subió a ver que ocurría, y fue entonces cuando, sin mediar palabra, Manuel G.A. sacó de una bolsa la maza y comenzó a golpearle en el pecho y otras partes del cuerpo hasta que cayó al suelo sin conocimiento.

Al escuchar lo gritos y ruidos, la empleada del establecimiento, de 64 años, subió y conminó al agresor a que dejase de golpear a su jefe, cogiéndole del brazo donde tenía la maza, lo que provocó que éste dirigiera sus golpes contra ella, dándola en la cabeza.

Ante los gritos de auxilio de la mujer, varias personas que se encontraban en las inmediaciones acudieron en ayuda de las víctimas y redujeron al acusado.

A consecuencia de los golpes, el hermano del agresor sufrió traumatismo cráneo encefálico, fractura de varias costillas, y numerosas heridas y hematomas de las que tardó en curarse 450 días, durante los que estuvo impedido para sus ocupaciones habituales. le quedan como secuelas trastornos neuróticos por estrés postraumático y cicatrices, entre otras.

La empleada también sufrió traumatismo cráneo encefálico y diversas heridas, así como crisis de ansiedad. Tardó en curarse 39 días impeditivos para sus ocupaciones y le queda como secuela una cicatriz.

Por estos hechos, el Juzgado de lo Penal número Uno de Santander condenó al acusado a tres años de prisión y alejamiento durante cinco años por un delito de lesiones contra su hermano, agravado por la circunstancia de parentesco y de disfraz. Por el mismo delito, cometido contra la mujer y también con el agravante de disfraz le impone dos años y seis meses de cárcel.

Además, le condena a pagar un total de 9.900 euros a su hermano en concepto de responsabilidad civil por las lesiones, y de 5.100 a la empleada, así como 112 al Servicio Cántabro de Salud por la asistencia sanitaria prestada y las costas del juicio.

El acusado recurrió la sentencia esgrimiendo enajenación mental transitoria y atenuante de "obcecación ó estado pasional", argumentos que la Sección Tercera de la Audiencia rechaza por falta de pruebas que lo acrediten.

Tampoco acepta la petición de la acusación particular de que se le impusieran cuatro años de cárcel por cada uno de los delitos.