Detección precoz, tratamiento y apoyo familiar "son cruciales" para superar los trastornos alimentarios

Andrés Góez del Barrio, coordinador de la Unidad de Conducta Alimentaria de Valdecilla
Andrés Góez del Barrio, coordinador de la Unidad de Conducta Alimentaria de Valdecilla - COLEGIO DE MÉDICOS DE CANTABRIA
Publicado: domingo, 29 noviembre 2020 16:58

El 30 de noviembre se celebra el Día Internacional de la lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria

SANTANDER, 29 Nov. (EUROPA PRESS) -

La detección precoz, el tratamiento y el apoyo familiar "son cruciales" para superar los trastornos de la conducta alimentaria, que afectan sobre todo a adolescentes y jóvenes vulnerables, según el coordinador de la Unidad de la Conducta Alimentaria del Hospital Valdecilla, Andrés Gómez del Barrio.

En una entrevista con el Colegio de Médicos, recogida por Europa Press, con motivo del Día Internacional de la lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria, que se celebra el 30 de noviembre, Gómez del Barrio analiza un problema que sufren cientos de jóvenes en Cantabria y miles en todo el mundo que se manifiesta en dos enfermedades: la anorexia y la bulimia.

El también profesor asociado de Psiquiatría de la Universidad de Cantabria (UC) explica que estos trastornos afectan a personas con una "vulnerabilidad grande" derivada de "una serie de cuestiones como la pura genética o la predisposición a desarrollar enfermedades mentales, con cualidades como el perfeccionismo, la impulsividad o la necesidad de control" y "que necesitan que todo salga según lo previsto y no gestionan bien los cambios que todos sufrimos a lo largo de la vida".

"En ese perfil aparecen situaciones que generan incertidumbre e inseguridad, como la adolescencia o épocas de cambios, que producen miedo e incertidumbre y conforman un estado de inseguridad que hace que la persona necesite aferrarse a algo que cree no tener, como grupos, un modelo de belleza o control sobre su físico, que lo encuentran como una solución a un mayor control", señala.

Esos momentos u otros, como situaciones en las que hay una pérdida de peso, producen un cambio biológico o psicológico "que tiende a mantenerse, y luego temen perder ese nuevo estado", por lo que "cuanto menos tiempo se mantengan esos cambios mejor", por eso la detección precoz de los trastornos de conducta alimentaria "es tan importante".

Según el especialista, estas conductas no solo se dan en adolescentes, sino en personas de otras edades "en momentos de inseguridad, de separaciones, aunque la edad típica de estos enfermos está entre los 13 y los 25 años".

También es muy normal que después de esta enfermedad aparezcan otras, como la depresión, el trastorno de personalidad, o los trastornos depresivos compulsivos, señala.

En la Unidad de Valdecilla ven "unos 120 ó 150 casos nuevos al año", a los que se suman los que ya existen. En concreto, ahora se encuentran en tratamiento más de 200 pacientes. De ellos, dos tercios se recuperan del todo y un tercio tiene cronicidad.

Con respecto a los ingresos, al año se suelen registrar 20, entre parciales y totales, "lo que quiere decir que no se asocia anorexia o bulimia a ingresos, el porcentaje de pacientes ingresados es mínimo porque les damos una atención muy orientada a su problema y efectiva", señala Gómez del Barrio.

En gente joven, el tratamiento es la terapia de familia, enseñándoles a manejar situaciones de conflicto, aunque "a veces la familia no está preparada o simplemente no está, y eso es un problema porque su apoyo es fundamental"; y en adultos, se hace terapia conductual. "Los fármacos solo están indicados en la bulimia, aunque luego hay otros síntomas derivados de los trastornos alimentarios que también hay que tratar, como la ansiedad", señala.

Valdecilla es un "hospital puntero" en este tipo de trastornos alimentarios, al que vienen residentes de fuera y también quieren venir pacientes de otras comunidades autónomas, asegura Gómez del Barrio, vicepresidente de la asociación de profesionales que trata estas enfermedades y hacemos estudios e investigaciones con otros hospitales.

LA INFLUENCIA DE LAS REDES

Sobre los efectos de la sociedad actual en estos pacientes, el especialista reconoce que "si tú eres vulnerable y buscas la perfección porque crees que es importante y temes los cambios, esta sociedad te hace daño". "Estos enfermos piensan que si cambian su imagen les irá mejor con referencias que los pacientes cogen del día a día".

Para los jóvenes con este trastorno, "sus referencias antes eran los modelos" y "ahora son los influencers, y los tienen a golpe de 'click' en sus móviles". "Y las redes mandan mensajes que claro que influyen negativamente, pero no soy partidario de prohibirlas porque es su modo de relación, está bien que sepan que existen y las usen, y lo ideal es que sepan lo que es bueno y malo de ellas", opina.

"Nosotros estamos desarrollando una herramienta digital de control para jóvenes, para que no puedan acceder a contenidos para los que no están preparados, es un proyecto con el IDIVAL en el que estamos trabajando con mucha ilusión", explica.

En cuanto a los efectos de la pandemia y el confinamiento en estos pacientes, Gómez del Barrio señala que en otras comunidades, no en Cantabria, han aumentado los casos a partir de marzo, ya que la pérdida de sus hábitos "es veneno" para ellos. Sin embargo, el confinamiento ha tenido como parte positiva "que ha hecho ver a muchos padres que sus hijos no comían bien y tenían un problema".

Además, a su juicio, los pediatras y médicos de familia "suelen detectar bien los trastornos alimentarios y derivarlos con premura".

El equipo de la Unidad de Trastornos de Conducta Alimentarios está compuesto por dos psiquiatras, un psicólogo, con apoyo de un segundo psicólogo, y personal de enfermería y auxiliares, además contar con el apoyo de Endocrinología y del hospital en general, y en particular del Servicio de Psiquiatría. También cuenta con la colaboración de los Servicios Sociales y de la Consejería de Educación.