Cree que la "responsabilidad" de transmitir ese legado está por encima del "deseo" compartido de reabrir la cueva
SANTANDER, 16 Nov. (EUROPA PRESS) -
El presidente del PP cántabro, Ignacio Diego, ha afirmado que la "obligación" de cualquier político en una situación como la que se plantea en torno a la reapertura o no de la cueva de Altamira es atender las recomendaciones de los técnicos.
A su juicio, "la primera obligación de un administrador, de un gestor, de un político en este ámbito es garantizar que lo mismo que ha llegado hasta notros este Patrimonio, pueda ser legado a futuras generaciones".
Y según dice, "si los técnicos estiman que, en función de las circunstancias que se dan, es necesario mantener por más tiempo el cierre cautelar de las visitas de la cueva, no le queda otra obligación al político que atender a esas recomendaciones de los técnicos".
"Cualquier otra cosa sería absolutamente irresponsable", ha advertido Diego, quien comparte el deseo de poder abrir la cueva a las visitas, pero cree que "por encima de ese deseo está la responsabilidad de transmitir el legado en el tiempo y la obligación de atender las recomendaciones de los técnicos".
En palabras del líder del PP, Altamira supone un patrimonio "de un valor incalculable, que ha llegado hasta nosotros y por determinadas circunstancias ha sufrido un deterioro" por un "exceso de visitas" en "un determinado momento", pero ha recalcado que no es sólo un patrimonio de los cántabros, sino de la humanidad.
