El fiscal mantiene 15 años de cárcel para el acusado de homicidio y modifica a entre 6 y 10 años para su compañera

Actualizado: lunes, 22 enero 2007 15:50

Un testigo asegura que la noche de autos Juan Carlos U.L. volvió con un cuchillo en la mano

SANTANDER, 22 Ene. (EUROPA PRESS) -

El fiscal ha mantenido hoy los 15 años de prisión que solicita desde el principio para Juan Carlos U.L. por un presunto delito de homicidio mientras que ha modificado la pena para la otra procesada, Elisa R.G., ya que aunque sigue manteniendo 10 años de cárcel en calidad de coautora, ha introducido la posibilidad de que el jurado popular la considere sólo cómplice, lo que rebajaría la pena a seis años.

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria retomó esta mañana el juicio contra ambos acusados de haber matado a puñaladas la madrugada del 24 de junio de 2005, a Rogelio Valdés, de raza gitana, junto a una farola cerca de la gasolinera de El Empalme (Peñacastillo).

Según el fiscal, ambos procesados fueron juntos en el coche de Juan Carlos sobre las seis de la madrugada desde el domicilio de Elisa, en la calle Alta, provistos de un cuchillo, hasta Peñacastillo, apuñalando Juan Carlos a Rogelio, llevando a cabo "un plan conjunto".

Un testigo declaró hoy que la noche de autos se dirigió al piso de la calle Alta, donde se realizaba 'menudeo' de drogas, y que oyó que "querían dar el palo" a la víctima. Tras ausentarse por espacio de "dos horas" del apartamento, al regresar "me encontré el pastel, la movida".

En este sentido, el testigo aseguró que Juan Carlos dijo que en "el forcejeo" con el difunto, le asestó "dos puñaladas" y que luego éste se "cambió de ropa" y se "cortó el pelo". Además, oyó que "entre Elisa y Juan Carlos" querían "hacer desparecer" el cuchillo.

Según este testigo, tanto cuando él llegó por primera vez al piso de la calle Alta como al regresar por segunda vez, Elisa "estaba en casa", dando a entender que Juan Carlos fue solo en su coche a Peñacastillo.

En el turno de informes finales, el fiscal aseguró al jurado popular que existe suficiente "prueba indiciaria" que incrimina a ambos acusados como coautores de un delito de homicidio, quienes llevaron a cabo un plan "conjunto" y "planificado día atrás".

Así, el Ministerio Público aseguró que aunque la mujer no fue la autora material de las puñaladas, la última llamada que realizó Rogelio antes de morir fue a Elisa, de quien se encontraron colillas con su ADN en el coche del otro procesado.

No obstante, presentó la alternativa de considerar sólo cómplice a la procesada, manteniendo los 15 años de prisión para Juan Carlos, ya que "este señor cuando sale de la cárcel se dedica a matar", en alusión a otra sentencia de homicidio a la que fue condenado en 1991 por la muerte de un hombre en Río de la Pila.

Por su parte, la Defensa de Elisa mantuvo también su libre absolución, ya que "no existe ninguna prueba que realmente sirva para imputarle" ni como "coautora" de un homicidio ni de "cómplice", aunque, en el caso de que sea finalmente condenada, presentó las atenuantes de drogadicción y de colaboración con la Policía.

LA DEFENSA ASEGURA QUE ES COSA "ENTRE GITANOS"

El letrado de Juan Carlos U.L. elevó hoy a definitiva la libre absolución de su cliente, porque "el puzzle" construido por la Fiscalía "se rompe por muchos lados".

Así, indicó que dado que la víctima era de raza gitana, "probablemente" el verdadero criminal es "una persona de su propia raza", ya que, en caso contrario, estaría la familia y amigos del difunto en la Sala de Vistas. "Aquí no hemos visto a ningún gitano", continuó el abogado, hecho que consideró "muy raro", concluyendo que es un asunto "entre gitanos" y que el culpable no está sentado en el banquillo.

Sobre este punto, la acusación particular, ejercida por la familia de Rogelio, aunque pedía inicialmente 40 años de prisión conjunta por un delito de asesinato, finalmente se retiró y no llegó a la fase del juicio.

Por su parte, Juan Carlos U.L. indicó al hacer uso de la última palabra que él no fue el autor de las dos puñadas mortales, porque, sino su vida "sería un caos" por la reacción de otros miembros de raza calé, asegurando también que el homicidio al que fue condenado en 1991 fue en "defensa" propia por la agresión de "una persona 23 o 24 años mayor que yo".

Elisa R.G. indicó que "lo que he declarado es la verdad", en alusión a que desde el primer momento le dijo a la Policía que fue el otro acusado quien mató a Rogelio Valdés, siendo también quien condujo hasta los agentes hasta el cuchillo que tiraron por la ventana del apartamento de la calle Alta.

El juicio continuará mañana, a las 10.00 horas, con la reunión de los miembros del jurado popular para dictaminar la culpabilidad o inocencia de los procesados.