Forenses creen que la herida hecha por el acusado de homicidio no fue sólo para asustar

Juicio forenses
EUROPA PRESS
Actualizado: domingo, 7 diciembre 2014 8:00

Los policías desmienten al acusado porque no dijo donde estaba el arma y sus únicas palabras fueron que "estaba hasta los cojones de su hermano"

SANTANDER, 11 Nov. (EUROPA PRESS) -

Las médicos forenses han afirmado que la profundidad de la herida causada por el acusado del homicidio de su hermano "no es compatible" con que éste hubiese hecho un movimiento con el cuchillo sólo para asustar al fallecido ya que, de haber sido así, el cuchillo habría dañado la piel y los músculos sin alcanzar los órganos internos como fue el caso.

Y es que, según han detallado a preguntas del jurado popular, la herida que JC.R.L. causó a su hermano el de junio de 2013 en el hemitórax era "muy grave" y "mortal" por el sangrado que provocó a la víctima, que presentaba sangre acumulada en las cavidades torácica y abdominal.

Además, han apuntado que la herida por arma blanca tuvo que hacerse con "una fuerza relativa" ya que afectó al pulmón, el diafragma y el estomago y para acceder hasta esos órganos pasó junto a la octava costilla "rebanando todo el borde" de ésta.

Si bien, las forenses han indicado que todo ello se vio "agravado" por las patologías de la víctima, que era fumador, dependiente de la heroína y padecía hepatitis B y VIH.

Así lo han manifestado las dos médicos que realizaron la autopsia a la víctima durante la segunda sesión del juicio con jurado que desarrolla la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria y en el que se dirime este homicidio con el agravante de parentesco por el que el fiscal pide 12 años y medio de cárcel para JC.R.L.

Estas forenses también han señalado que la víctima falleció el 13 de junio a causa de esa herida, cuyo sangrado le provocó un "shock hipovolémico" -no llega la sangre suficiente a los órganos para que éstos funcionen--. Además, han indicado que la lesión que le causó en cabeza con el palo también sangró "mucho", contribuyendo "al incremento de esa pérdida sanguínea".

Éstas no han podido determinar la trayectoria de entrada del arma ya que, cuando realizaron la autopsia, la víctima había sido intervenida quirúrgicamente y la herida de 2,5 centímetros de ancho ya estaba suturada por lo que había "perdido sus características" iniciales.

NO TIENE "NINGUNA ALTERACIÓN PSICOPÁTICA"

Por otro lado, estas mismas profesionales sanitarias elaboraron un informe de imputabilidad del acusado, elaborado a partir de una entrevista realizada más de dos meses después de los hechos, en el que indican que JC.R.L. no tiene "ninguna alteración psicopática" y que en el día de autos estaba "muy alterado".

Una alteración que, según les manifestó el propio acusado, se debía a que su hermano trataba de entrar en la casa que ambos compartían, en la calle Francisco Iturrino de Santander, para drogarse y lo hacía acompañado de otros tres toxicómanos.

Las forenses han apuntado que a JC.R.L. les relató que él también había sido consumidor de heroína durante "muchos años" pero que ya llevaba tiempo "abstinente" lo que le había permitido "estar equilibrado y bien" e incluso colaborar con su familia cuidando de algunos de sus sobrinos.

Precisamente, su "preocupación" por dos de ellos que acudían habitualmente a la vivienda era motivo de discusión permanente entre ambos porque JC.R.L. tenía "miedo" de que, al drogarse su hermano en casa, pudiese "influir" en los menores de 13 y 5 años y "causarles el infierno que ellos habían vivido cuando eran pequeños".

En este punto, las forenses han detallado que "las drogas habían causado estragos" en esa familia, de la que de 14 hermanos sólo viven siete. A pesar de estar abstinente, el acusado padece patologías "importantes" como cirrosis, secuelas de la hepatitis activa que tuvo, hemorragias digestivas, alteraciones de la coagulación de la sangre y algunas trombosis, todas ellas derivadas de sus años como consumidor y por las que permanece en la enfermería de la cárcel de El Dueso desde que ingresó.

FAMILIA CONOCÍA LOS "PROBLEMAS" ENTRE AMBOS

En la vista de este martes, también han declarado como testigos dos de las hermanas del acusado y el fallecido, que han asegurado que la familia conocía los "problemas" que había ente ambos porque el segundo se drogaba en casa, una situación que hacía que JC.R.L. estuviese "todo el día amargado y preocupado".

A pesar de que el resto de hermanos echaba la bronca al hermano fallecido por sus prácticas, "le entraba por un oído y le salía por el otro", ha dicho una de las hermanas, que también ha apuntado que el día de los hechos JC.R.L. no la llamó ni le avisó de los sucedido a pesar de que vive "a cuatro portales" -el acusado relató que fue a buscarla para llevar al hermano herido al hospital--.

Esta hermana que es una de las que dejaba a su hijo con JC.R.L., algo que ha despertado la curiosidad del jurado dado que era conocedora de la situación que había en la vivienda.

Ella ha indicado que estaba "orgullosa" de que su hermano se hubiese desintoxicado y, como "estaba todo el día solo", pues el niño le hacía compañía. "Mi hijo ya tenía 13 años y dos dedos de frente y sabe lo que tiene que tocar y lo que no", ha dicho en referencia al hecho de que hubiese jeringuillas por la casa.

La otra hermana ha señalado que tenía conocimiento de la situación por lo que le contaban el resto de sus hermanas por teléfono pero que ella no había vuelto a aquella casa desde que fallecieron sus padres y "no hablaba con ellos -acusado y víctima- "pero sabía que su relación era "muy mala".

Ambas hermanas han apuntado que la familia no reclama ninguna indemnización a JC.R.L. por el fallecimiento de su otro hermano a pesar de que el fiscal solicita 10.000 euros para reparar el daño moral.

ACUSADO NO DIJO DÓNDE ESTABA EL CUCHILLO

También han declarado este martes los cuatro agentes de la Policía Nacional que intervinieron el día de los hechos y detuvieron al acusado. Tras recibir un aviso y llegar a la casa, se encontraron a la víctima sentada en el portal acompañada de unos vecinos y sangrando por la cabeza y "taponándose" la herida del hemitórax con una "toalla ensangrentada".

Dos de los agentes han dicho que el hombre no podía hablar y que "sólo asentía", aunque otros dos han asegurado que hablaron con él, pero todos han señalado que indicó que su hermano era quien le había herido y que estaba en el interior de la vivienda -a pesar de que el acusado dijo que salió a buscar a su hermana--.

Entonces, los agentes entraron a la vivienda que "estaba completamente a oscuras" y el acusado salió de una habitación. Le preguntaron que había sucedido y sus únicas palabras fueron que "estaba hasta los cojones de su hermano".

JC.R.L. se puso "muy nervioso" y "ligeramente alterado" cuando los agentes le fueron a esposar y tuvieron que "empotrarle en la pared" y hacerlo entre los "cuatro agentes", aunque han dicho que no trató de huir en ningún momento. Uno de ellos encontró el cuchillo "a la vista" en la habitación de la que había salido el acusado, que no dijo dónde estaba el arma, según han recordado los policías.

En esta sesión, en la que la acusación pública y la defensa han renunciado a la declaración de los dos vecinos que estuvieron con la víctima en el portal, los agentes han explicado que, además de "a oscuras", la casa estaba "llena de suciedad, olía fatal porque había mucha porquería y sangre en el suelo".

El juicio por estos hechos continuará este miércoles, 12 de noviembre, a partir de las 9.30 horas, con los informes y conclusiones finales de las partes y el jueves, día 13, se reunirá el jurado para deliberar.

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