SANTANDER, 1 Jun. (EUROPA PRESS) -
El dibujante e ilustrador santanderino José Ramón Sánchez confiesa que le gustaría hacer un cartel electoral del presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, "Revilluca, como yo le llamo", porque es "un hombre muy mediático, y porque tendría un retrato popular, como es él, con su bigote, con esa cercanía".
Considera sin embargo que en el panorama actual, no tendría "nada que hacer" como autor de carteles electorales porque "hoy en día los políticos quieran salir ellos en la foto, en primer plano, y no hay otra manera de hacer; yo en este momento no tendría nada que hacer, ni nada que contar ni nada en lo que influir", indica.
En una entrevista en Radio Nacional, recogida por Europa Press, Sánchez, quien en las elecciones generales de 1977 y 1979, diseñara los carteles electorales del Partido Socialista Obrero Español, opina que ahora todo es "más enlatado; menos inocente" y no sería viable realizar, como entonces, "unos carteles lúdicos con un Felipe González en camisa rodeado de unos obreros o una campesina".
Con todo, defiende que un dibujo "acerca más que una foto" porque "mitifica, es un icono", y reitera que a él no le importaría hacer un cartel de Miguel Ángel Revilla, a quien tiene "mucho cariño", si el presidente "se dejase o si los tiempos o las estrategias de mercado lo pidiesen".
A la hora de definirse, José Ramón Sánchez lo hace como "artista" que es quien "no sólo produce el arte sino que goza de él". Al respecto asegura que de sus tres hijos (uno de ellos director de cine y otra bailarina de ballet) el más artista es el mayor, que aunque no se dedica a ninguna actividad artística, "goza de todo".
Respecto a su forma de sentir el arte, confiesa que se siente igual de artista cuando escribe, cuando habla, cuando comunica, dibuja, pinta, o cuando modela. "Lo grande del arte es la posibilidad que tiene el individuo de la calle, el hombre normal, de acceder a ese arte", apostilla.
Para José Ramón Sánchez, el triunfo es algo "efímero, momentáneo, pasajero, nos alimentamos todos de él y todos perseguimos la gloria y el triunfo pero lo que al final te da la satisfacción es el día a día", asegura.
"Lo más importante para el artista es despertarse por la mañana y ponerse a hacer lo que le gusta, eso es algo permanente, algo que puede tener hasta que se muera, mientras el triunfo, un Goya, una presentación de un libro, te satisface pero al día siguiente ya se te ha ido. Así que quien persigue eso está persiguiendo una quimera, algo que no tiene sentido", señala.
Por ello, considera que "hay que perseguir el día a día", y afirma que un artista lo es en la medida en que "goza de lo que hace, salga en la prensa o no, se exponga o no se exponga; valga o no valga".
Explica al respecto en que en los últimos doce años vividos en Santander, lo que más ha hecho es escribir. "He escrito para mí, tengo una minihistoria de mis doce músicos preferidos o mis doce escritores míticos y posiblemente no se edite nunca. Y tengo dos novelas que no se van a editar posiblemente, pero a mí lo que no me quita nadie es el gozo de haber estado cinco meses escribiendo una novela sobre Van Gogh y otros cinco escribiendo otra sobre Teresa de Lissiere, que es una santa que yo venero hasta límites amorosos. ¿Qué pasa, que no me lo han editado? pues no pasa nada; ese día primero, ese día final cuando pones la frase última a una novela, eso no te lo quita nadie", subraya.
