Juan María Parés cree que el futuro pasa por crecer en conocimiento e investigación, pero más que los "rivales"

Actualizado: domingo, 19 abril 2009 15:59

Dice que la construcción "no es el único mal" y apunta en cambio a la necesidad de aumentar la competitividad

SANTANDER, 19 Abr. (EUROPA PRESS) -

El empresario Juan María Parés, cuya trayectoria ha estado vinculada desde 1959 a Textil Santanderina, cree que el futuro pasa por crecer en conocimiento, en investigación y en innovación, pero más que los "rivales".

Parés, ex presidente de la Mutua Montañesa y actual presidente del Consejo Social de la Universidad de Cantabria, reconoce que es "difícil y complicado", pero dice que en la región ya se "está pisando" el acelerador para conseguirlo.

En una entrevista en RNE, recogida por Europa Press, el empresario consideró clave la conexión entre industria, empresa, universidad y centros de tecnología y aseguró que en Cantabria ya se está trabajando en ello, con el impulso del equipo rectoral de la UC y el apoyo del Gobierno regional.

De hecho, consideró que los caminos están "bien orientados" y el futuro puede ser "muy esperanzador", eso sí, "no a tres o cuatro años vista" porque, recordó, los "rivales", como Alemania, Inglaterra o Estados Unidos, entre otros, también siguen creciendo en conocimiento.

"El futuro pasa por ahí, pero el futuro no es mañana. El futuro es mañana, pasado y el de más allá. Y esto cuesta", apostilló Parés, quien apostó por "una buena infraestructura educativa, de tecnología adelantada y con institutos de investigación", como ya se está haciendo, para ganar en competitividad.

Y es que, a su juicio, "la construcción no es en sí mismo el único mal" de España y de la actual crisis económica. "El mal principal es que no estamos en unas condiciones de competitividad muy importantes, y esto es al final lo que más va a pesar", argumentó.

No obstante, sí que reconoció que el auge de la construcción ha hecho que pareciera que "éramos más ricos de lo que realmente éramos" y ha "distorsionado" las fuentes de financiación, porque la inversión se ha dirigido a "productos fáciles desde el punto de vista de la rentabilidad financiera" y no se han atendido otros que "realmente necesitaba el país".

De todas maneras, no cree que la industria "forzosamente" tenga que tomar el relevo de la construcción porque "cada uno tiene su sistema y su forma de ver las cosas y no se sustituyen".

LA COMPETENCIA CHINA

Lo que sí tiene claro es que el futuro pasa por la innovación y la investigación, pero lamentó que se ha tenido una "imagen distorsionada" de la investigación, que "no es sólo ir al espacio con un cohete", sino que consiste también en mejorar los procesos productivos para realizarlos con mayor calidad, menor coste o mayor facilidad de suministro, por ejemplo.

Eso es lo que han hecho en Textil Santanderina a lo largo de los años para ir afrontando sucesivos avatares, el último, la competencia china.

"Si no hay barreras de cantidad, que es lo que había antes, no se puede luchar" contra la diferencia de costes laborales, por eso hay que "innovar, cambiar de sistemas de producción y pensar que, lo mismo que hicimos nosotros con otros países que quedaron atrás, van a hacer otros con nosotros si no nos desviamos de la trayectoria común y fácil de hacer lo que todos". "Nosotros tenemos que hacer cosas diferentes", explicó.

Pero la competencia china no es el primer reto que encara Textil Santanderina porque desde su creación en 1959 --tras la fusión de otras dos empresas del sector--, ha atravesado "muchas dificultades". "Entonces no había chinos, pero no teníamos una fábrica en condiciones para poder trabajar bien. Era un problema de luchar en circunstancias más fáciles de dominar, pero con medios más rudimentarios", apuntó Parés.

Todo ello les ha obligado a ir cambiando de modelos y, hoy por hoy, la empresa está "en primer nivel" en España. Y como Textil Santanderina, en este tiempo también ha cambiado la clase empresarial cántabra.

En su opinión, se ha pasado de una estructura de empresas de capital foráneo sin sentimiento de "arraigo", a una clase industrial "de aquí", con empresas "que nacen y que suben", pero no empresas improvisadas que se hacen grandes y sufren "mucho" con la crisis, sino empresas "que van subiendo con dificultades pero tienen unos pies mucho más sólidos". "Y esto es la base del futuro", concluyó.