SANTANDER, 11 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los transportistas cántabros guardarán esta tarde un minuto de silencio en solidaridad con el camionero fallecido ayer en Granada cuando fue atropellado por una furgoneta a las puertas de Mercagranada mientras participaba en un piquete.
Ese minuto de silencio en recuerdo del fallecido será sobre las siete de la tarde, en la Ciudad del Transportista de Santander, donde tiene su sede Asemtrasan, la patronal convocante en Cantabria. Además, en sus camiones cuelgan ya, junto a las pancartas, crespones negros.
El atropello de este transportista ha hecho que la tercera jornada de huelga comience en Cantabria con cierto desánimo, motivado también porque no ven avances en las negociaciones. No obstante, el seguimiento sigue siendo total y la actividad está parada.
Sí que están llegando, aunque "no con mucha fluidez", algunos camiones para suministrar a las gasolineras, escoltados por la Guardia Civil, según aseguró a Europa Press el presidente de Asemtrasan, Jaime Díez, quien reconoció que se están registrando "algunos altercados" y algunos pinchazos de ruedas. No obstante, los incidentes registrados hasta el momento en la región no han sido significativos.
Jaime Díez explicó que "la gente está alterada" y "no se ve salida" para levantar el paro porque cada día está "más enquistada" la situación. Según dijo, las medidas planteadas por el Ministerio de Fomento no son nuevas y llevan ya "cinco meses" con ellas, pero no hay avances en lo que respecta a los precios mínimos que para las asociaciones convocantes del paro es "lo principal".
El presidente de Asemtrasan criticó que los firmantes de los acuerdos con el Ministerio de Fomento, aunque son mayoritarios en el Comité Nacional del Transporte por Carretera, "lo que tienen son camiones", pero quienes representan al 80 por ciento de los autónomos y pymes del sector son las confederaciones Fenadismer y Confedetrans (en la que se integra Asemtrasan), que son los que no han firmado.
"Los que han firmado son los cargadores y los especuladores de las grandes flotistas, los que venden luego los viajes a los transportistas y, como pasa por tres manos, cuando llega al transportista ya le han limado un 30 por ciento del viaje", apostilló Díez, quien recalcó que eso es lo que quieren evitar asegurando unos precios mínimos a partir de los cuales quien quiera pueda negociar al alza.
