Santander.- El rector de la UIMP recoge la Medalla de Oro, que "sella una alianza eterna" entre ciudad y universidad

Actualizado: jueves, 10 abril 2008 23:56

El alcalde destaca la contribución de la universidad a la difusión de la ciudad y augura "mucho futuro en común" para ambas instituciones

SANTANDER, 10 Abr. (EUROPA PRESS) -

El rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), Salvador Ordóñez, recogió esta tarde la Medalla de Oro de Santander concedida a la institución académica en su 75 aniversario y que, a su juicio, hace que la UIMP se sienta santanderina y cántabra y "sella una alianza eterna" entre la ciudad y la universidad.

El alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, fue el encargado de entregarle la Medalla, con la que, según dijo, se cumple "un deber cívico y moral de reconocimiento" a la universidad por su contribución a la ciudad a lo largo de sus 75 años de actividad académica.

Ordóñez, que recibió asimismo el título por el que se concede la distinción y firmó en el Libro de Honores municipal, mostró su agradecimiento a la ciudad "por su generosidad, por su apoyo y por su lealtad" a la UIMP, pero también a las distintas instituciones que informaron a favor de la concesión de la distinción: la Universidad de Cantabria, el Ateneo de Santander, la Consejería de Educación y el cronista oficial de la ciudad, Benito Madariaga.

Según dijo, la UIMP "toma buena nota" de las palabras que plasmaron esas instituciones en sus informes, pero "no como autosatisfacción y propia vanagloria", sino "para ser usadas como faro de referencia de la derrota" que la Universidad Internacional Menéndez Pelayo habrá de seguir "en los años venideros".

Para el rector, esta Medalla de Oro, unida a otros reconocimientos recibidos también por el 75 aniversario, como la Medalla de Oro del Parlamento o el Premio José Estrañi de la Asociación de la Prensa de Cantabria, no sólo sella una "alianza eterna" con la ciudad, sino que además, hace que la UIMP se sienta "una institución santanderina y cántabra".

Además, empuja a la Universidad a sentirse "muy próxima" a otras instituciones y personas que cuentan también con esta distinción, entre otras, la Cámara de Comercio, Caja Cantabria, la Hermandad de Donantes de Sangre, Marino Fernández Fontecha, Gerardo Diego y José Hierro. "Esperamos estar a la altura del privilegio de compartir este galardón con estas instituciones y con estas personas. Y a la vez intentaremos no defraudaros", apostilló el rector.

EL ESPÍRITU DE LA MAGDALENA.

Tras repasar algunos de los hitos de la UIMP, desde su fundación hasta la actualidad y pasando por el paréntesis que marcó la Guerra Civil, resaltó que el "espíritu" de la Magdalena, que "tuvo y tiene un precio", no se fue nunca de las aulas santanderinas pese a la guerra y, aunque "la fría noche del silencio cayó sobre las siglas y los nombres" y dejó "asesinados, exiliados, desaparecidos, inhabilitados y jubilados forzosos", "el conocimiento y el método permanecieron".

Ahora, 75 años después de su creación, la UIMP se propone ser "fiel" a ese espíritu de la Magdalena y convertirlo en su "divisa de futuro". En palabras de Ordóñez, la Universidad Internacional Menéndez Pelayo ha iniciado un "viaje" hacia sus raíces, pero no deja tampoco de "escrutar el futuro, en la búsqueda de nuevas soluciones para los problemas de la sociedad" y siempre pensando en su dimensión internacional, "de poro brillante abierto al mundo".

Finalmente, hizo suyas unas palabras del poeta Pedro Salinas, primer secretario general de la UIMP, y subrayó así la necesidad de que "absolutamente todos los santanderinos se percaten de la grandísima importancia de la Universidad Internacional y presten su entusiasmo y decidida cooperación". "Esto es capitalísimo, ya que nosotros, sin la asistencia de los montañeses, nada podemos hacer", agregó parafraseando al poeta.

"MUCHO FUTURO EN COMÚN".

El alcalde de Santander también destacó esa vinculación de la universidad con la ciudad y con los santanderinos, así como la contribución de la UIMP en sus 75 años de historia a la difusión de la ciudad. Además, apostó por seguir profundizando en los vínculos y colaboración entre ambas instituciones. "Nos queda mucho futuro en común", agregó De la Serna, quien subrayó la voluntad municipal de "trabajar por fortalecer, si cabe aún más", la relación.

Esa colaboración, según dijo, deberá plasmarse por ejemplo en las decisiones que se recojan en el Plan Director sobre los usos de la península de la Magdalena, en la que desarrolla la UIMP su actividad. Además, también el Ayuntamiento participará más activamente en la programación académica que organice la universidad, "ofreciendo de esta manera una respuesta al espíritu de aprender y progresar de los santanderinos de hoy en día".

"Hemos iniciado un importante camino que debemos seguir caminando juntos para poder avanzar en nuestra tarea de hacer una universidad y una ciudad cada día más fuertes, más competitivas y mejor preparadas para superar los retos presentes y futuros", apostilló el alcalde.

A su juicio, "la ejemplar trayectoria" de la UIMP y su "más que evidente reconocimiento" dentro y fuera de España, auguran "un futuro prometedor tanto para la propia Universidad, como para la ciudad de Santander" que, según recordó, aspira a convertirse en una "ciudad universitaria en el sentido más amplio de la acepción académica, rompiendo visiones y políticas populistas que nada tienen que ver" con el orgullo de los santanderinos.

RECONOCIMIENTO, POR DEBER MORAL.

De la Serna, que confió en que la celebración del 75 aniversario de la UIMP sea "el punto de partida de otro largo periodo de éxitos", elogió el "trabajo infatigable, superador de todos los avatares" que ha desarrollado la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y que, además, ha redundado "en beneficio de la ciudad".

Resaltó que ha sido una universidad "adelantada" a la hora de cumplir el reto de "vivir las mismas inquietudes de la sociedad a la que sirve y diseminar en ella el conocimiento" y ha supuesto una "insignia internacional de la ciudad" y un "referente cultural de primer orden" que "no ha cesado de atraer a profesores y alumnos brillantes" que después "se han convertido en embajadores por todo el mundo de las virtudes y bellezas de Santander y Cantabria". Por todo ello, opinó que la entrega de la Medalla de Oro supone cumplir "un deber cívico y moral de reconocimiento" hacia una institución "representativa de la vocación internacional" de la ciudad, un reconocimiento que, según matizó, no es el primero, porque la ciudad no sólo ha dedicado un buen número de calles a pensadores vinculados a la UIMP, sino que además nombró Hijo Adoptivo ya en 1932 a Fernando de los Ríos y recientemente Hijo Predilecto a Eulalio Ferrer.

REPRESENTACIÓN POLÍTICA Y SOCIAL.

Al acto de entrega de la Medalla de Oro de la ciudad a la UIMP, celebrado esta tarde en el Paraninfo de la Magdalena, se sumaron representantes políticos, así como de otros sectores de la sociedad cántabra.

Entre ellos, se encontraban el presidente regional, Miguel Ángel Revilla; la vicepresidenta, Lola Gorostiaga; los consejeros de Educación y Obras Públicas, Rosa Eva Díaz Tezanos y José María Mazón; el delegado del Gobierno en Cantabria, Agustín Ibáñez; el presidente del Parlamento regional, Miguel Ángel Palacio, diputados nacionales y regionales y prácticamente la totalidad de la Corporación santanderina, así como el ex alcalde Manuel Huerta y el cronista oficial de la ciudad, Benito Madariaga.

También estaban representados por sus máximos responsables el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y Policía Local, el Obispado, la Cámara de Comercio y el Ateneo de Santander, entre otros.