Tres años de prisión para un conductor ebrio que tuvo un accidente en el que murió una ocupante

Actualizado: lunes, 7 diciembre 2009 11:56

La impidió salir del coche y le dijo que "les iba a enseñar como se conduce"

SANTANDER, 7 Dic. (EUROPA PRESS) -

El Juzgado de lo Penal número Tres de Santander ha condenado a S.V.E. a tres años de prisión y cinco años de privación del carnet de conducir por un delito de homicidio imprudente, al protagonizar bajo los efectos del alcohol un accidente que se saldó con la muerte de una de las pasajeras del vehículo que conducía.

Los hechos sucedieron en diciembre de 2004. El acusado, de 27 años de edad en esas fechas, se ofreció a llevar a casa desde un bar en Castro Urdiales a dos hermanas. El joven había bebido alcohol y fumado un porro.

Al llegar al portal de domicilio de las hermanas, bloqueó las puertas del turismo, impidiéndolas bajarse del vehículo, y avanzándolas de que las iba a "enseñar como se conduce", según relata la sentencia.

Entonces, el acusado comenzó a circular de forma intencionada haciendo zig-zag y dando volantazos de un lado a otro de la calzada, a una velocidad aproximada de 162 kilómetros por hora, que en algunos momentos alcanzó los 200, y sin hacer casos de las normas de circulación, todo mientras alardeaba de sus habilidades para dominar el vehículo.

A la altura del kilómetro 151 de la carretera N-634, a la altura de Cérdigo, cuando iba a tomar una curva hacia la izquierda, perdió el control del vehículo y se salió de la vía por el margen derecho, colisionado primero lateralmente contra un quitamiedos, y después de forma frotnal con un tramo de valla metálica protectora.

Esta valla se introdujo en el asiente del copiloto, causando la muerte inmediata de una de las hermanas, a quien seccionó y destruyó los centros vitales del sistema nervioso central.

Debido a la velocidad desarrollada, y a pesar del impacto, el vehículo continuó con su trayectoria por el arcén y la zona de hierba y tierra, durante otros 30 metros, arrancando 12 metros de valla protectora que lo atravesaron, y siete postes de sujeción.

No paró hasta que colisionó con una señal de dirección, que a consecuencia del impacto fue derribada, arrancando su base de hormigón. El vehículo quedó totalmente destrozado. Las pruebas de alcoholemia arrojaron resultados de 0,41 miligramos de alcohol por litro de aire.

La otra hermana que ocupaba el vehículo, que ejerce junto a su familia la acusación particular, sufrió policontusiones, cervivalgia, deformidad de la mano y tuvo que llevar collarín.

Por tanto, se le condena a tres años de prisión y cinco de privación del derecho a conducir por un delito de homicidio por imprudencia grave en concurso con uno de lesiones de impruedencia grave.