UIMP.- El embajador Pablo Bravo cree que los cambios políticos en China son "imparables" pero el camino "zigzagueante"

Actualizado: jueves, 7 agosto 2008 12:30

El ex embajador Eugenio Bregolat dice que el cambio económico crea "un tsunami de cambios sociales" al que contribuirán los Juegos

SANTANDER, 7 Ago. (EUROPA PRESS) -

El embajador del Año de España en China, Pablo Bravo, defendió hoy que los cambios políticos en el país asiático son un "proceso imparable" en el que se camina "hacia delante", si bien matizó que es un camino "zigzagueante" y con "contradicciones".

No obstante, confió en que la naturaleza del pueblo chino para superar las contradicciones, de la que puso como ejemplo el símbolo tradicional del ying y el yang, hará que esta sociedad supere las dificultades. "A todos nos interesa que no fracase el modelo chino", advirtió.

"Una sociedad rica no tiene más remedio que jugar con las reglas del Estado de Derecho", aseveró, aunque aclaró que los chinos deben encontrar su propio modelo porque "no van a dejar que nadie les diga por dónde tienen que ir".

El embajador del Año de España en China, encargado de estrechar las relaciones entre ambos países en el plano económico y cultural, realizó estas reflexiones en rueda de prensa, con motivo de su participación en el seminario 'China en el escenario mundial: la gran potencia del siglo XXI', en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander.

Junto a él, intervino el que fuera embajador de España en China hasta el año 2003, Eugenio Bregolat, quien coincidió con Bravo en que "los cambios económicos producen un tsunami de cambios sociales y políticos" que son "absolutamente imparables".

"Un país no puede tener un crecimiento económico del 10 por ciento durante 30 años sin que salte todo por los aires, sin que cambie todo", sentenció, mientras explicó que en los últimos años han aparecido nuevas clases sociales, como los capitalistas, las clases medias o los empresarios adinerados.

Estos grupos son hoy "infinitamente" más poderosos que en 1989, cuando se produjeron los hechos de la Plaza de Tiananmen, motivo al que achacó que entonces fracasara ese movimiento de protesta. Por el contrario, en la próxima década "la nueva sociedad va a empujar el cambio político chino", agregó.

CONTRIBUCIÓN DE LAS OLIMPIADAS

A su juicio, a este proceso contribuirá la celebración de los Juegos Olímpicos en China, de forma similar a lo que sucedió con la cita olímpica de Seúl, que tuvo un "impacto determinante" para el cambio a la democracia en Corea del Sur, y auguró que el próximo "impacto" hacia la modernización china será la Exposición Universal de Shangai en el año 2010.

En relación con los juegos, Bregolat apuntó que, si el dirigente comunista Mao Sedong viera ondear la bandera olímpica en la Plaza de Tiananmen, como sucede estos días, "se moriría 100 veces seguidas al ver cómo se ha destruido lo que quería construir".

Precisamente, para el ex embajador uno de los aciertos entre los gobernantes chinos es la utilización del Partido Comunista como "instrumento de cambio", ya que en este régimen "el partido lo es todo", y elogió que "en vez de tirar el coche se ha dado un giro de 180 grados en dirección hacia una economía de mercado cada vez más difícil de distinguir del capitalismo".

DERECHOS HUMANOS

Así, reseñó algunos de los cambios producidos en los últimos 30 años en el plano de la libertad de expresión o los derechos humanos. Por ejemplo, indicó que menos de una tercera parte de la producción del sector terciario pertenece ya al Estado, o que un porcentaje similar de medios de comunicación se autofinancian, lo que supone que buscan los ingresos por publicidad y, a su vez, implica que se adapten a las demandas del público.

Por tanto, opinó que hay unos "márgenes de libertad que hace tiempo no eran ni soñados", por lo que optó por ver el vaso "medio lleno" en materia de derechos humanos, aunque admitió que "queda mucho camino" por recorrer hasta alcanzar el nivel de los países occidentales.

Finalmente, el codirector del curso, y catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Madrid, Antonio Vázquez, reiteró que China se ha convertido una potencia "que emerge con gran fuerza y está cambiando el orden sociopolítico internacional".