La periodista trabaja en su próxima novela, "urbana", "nocturna" y con un protagonista "absolutamente masculino" SANTANDER, 25 Jul. (EUROPA PRESS) -
La escritora y periodista Rosa Montero aseguró hoy en Santander, preguntada sobre la motivación que la lleva a escribir que, en realidad, todo novelista está "obsesionado con la muerte", desde el lado de "la marginalidad".
Así lo aseguro en rueda de prensa con motivo de su participación en los Martes Literarios de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, casi "obligada" a enfrentarse a un acto comunicativo, tras el poso de cansancio que la ha dejado la promoción de su última novela, 'Historia del rey transparente'.
La muerte, el paso del tiempo, la imaginación, los fantasmas de la decadencia, de todo ello habló Montero, segura de que su trabajo con la pluma forma parte de "un absurdo", el de "encerrarse" años -tres en su caso, a veces con cada nueva obra- para "inventar mentiras".
Tres son también las hipótesis más definidas para acercarse a esta profesión: como forma de luchar "contra la muerte", como personas más conscientes de la "multiplicidad" humana, y porque "la mayoría hemos pasado experiencias muy tempranas de la decadencia", pérdidas bien exteriores o interiores, como la pérdida del "paraíso infantil", aunque en realidad nunca lo haya sido.
Nacida en Madrid el 3 de enero de 1951, Montero aseguró que trabaja "en el germen" de su nueva novela, de la que adelantó su carácter "urbano","nocturno", y con un protagonista "absolutamente masculino". Y como no podía ser de otra manera en su bibliografía, cuenta una historia "de supervivencia".
Pese a los premios que la han consagrado en el mundo de las Letras españolas, Montero aseguró sentir inseguridad en el momento de idear sus novelas, como si el resultado fuera a ser "una tontería", algo que, ha comprobado, le sucede hasta al mismísimo "Vargas Llosa".
No obstante, reconoce que su estilo ha mejorado "muchísimo", desde su primera obra, 'Crónica del desamor', asegurando que ya es capaz de "dar más forma al inconsciente colectivo" porque, en realidad, "la novela es la autorización de la esquizofrenia".
"Encantada" de hacer mucho menos periodismo, asegura no comprender todavía cómo, por el hecho de firmar artículos y ser conocida, la gente la utilice como "objeto de creación para depositar su odio", como tampoco entiende las continuas loas y parebienes cuando la dicen que escribe exactamente lo que otros "piensan" porque "eso es imposible".
Por último, preguntada por el intrusismo en el periodismo y en la literatura, aseguró parecerle "estupendo" porque "hay periodistas con carreras" que son "unos mantas", mientras que en en el oficio de escritor, "todo el mundo puede escribir".
