Bolaños de Calatrava (Ciudad Real) rinde homenaje al estadista y escritor José Aranda Aznar

Actualizado: sábado, 29 noviembre 2008 19:30

CIUDAD REAL, 29 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Casa de Cultura de Bolaños de Calatrava acogió hoy el homenaje a José Aranda Aznar, estadista y escritor bolañego que falleció el pasado año. La familia de Aranda Aznar y compañeros de su época a cargo del Instituto Nacional de Estadística, Joaquín Leguina o Carlos Romero, recordaron diversas anécdotas.

Además se descubrió una placa en la calle que lleva su nombre, la primera vía de denominación franquista del municipio que cambia de denominación y que supone un primer paso para modificar el resto de placas, algo que se realizará a lo largo del próximo mes de diciembre. De este modo, se cumplirá con el acuerdo alcanzado por el Pleno de julio por el que se cambiarán 21 calles que hacen mención a personalidades o momentos del régimen y de la Guerra Civil.

El alcalde de Bolaños de Calatrava, Eduardo del Valle, recordó durante el acto el cariño que siempre profesó Aranda Aznar por esta tierra y manifestó el interés que demostró por estar con los suyos. Además, comentó un fragmento suyo en el que hacía mención al cambio de nombres de calles que hubo tras la guerra y que le impidió nacer en una calle que se llamaba Príncipe y que ayer con la inauguración de la vía que lleva su nombre se ha hecho un acto que le reconfortaría.

Por su parte, el delegado de la Junta de Comunidades, José Fuentes, explicó que él conoció a José Aranda Aznar en la presentación de uno de sus libros, 'Borondo', y que gracias a este libro se inició un movimiento para que la venta que lleva el nombre de este texto fuera declarada Bien de Interés Turístico Regional. Fuentes añadió, respecto al cambio de nombre de las calles, que es una exigencia de "una sociedad democrática".

UNO DE LOS GRANDES

Joaquín Leguina, por su parte, recordó la figura de José Aranda Aznar como uno de los grandes estadistas de España que llevó a la modernidad a las instituciones y mostró que se trata de una labor pocas veces reconocida por la gente. También habló de su época como escritor y de sus libros de lectura "fácil" y de cómo se lo pasó "muy bien escribiéndolo y nosotros leyéndolo".

El acto lo cerró la viuda de José Aranda Aznar, Esperanza Palmero, quien narró como anécdota de la relación de su marido con su pueblo la necesidad que tenía de acudir a él para cargar las pilas y volver con ánimo renovado a su ciudad.