Cañizares cree que el discurso de Bertone es "una luz grande para enderezar nuestros pasos" ahora y en el futuro

Actualizado: domingo, 8 febrero 2009 15:01

TOLEDO, 8 Feb. (EUROPA PRESS) -

El prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la disciplina de los Sacramentos y Administrador Apostólico de Toledo, el cardenal arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, alertó hoy de las situaciones de injusticia que genera la sociedad y añadió que el reciente discurso del cardenal Tarcisio Bertone en su visita a España "constituye para todos una luz grande para enderezar nuestros pasos, los de todos, en el momento presente y en los años venideros".

Monseñor Cañizares, que presidió la Santa Misa en la Catedral Primada con ocasión del 50 aniversario de la fundación de "Manos Unidas", señaló que en el discurso del cardenal Bertone está "el fundamento último de los derechos humanos fundamentales y universales, expresión de la verdad del hombre amado por Dios, cada uno, en su creación y redención".

"Ahí vuestros obispos nos hemos visto confirmados en nuestras enseñanzas, porque lo único que pretendemos, haciéndonos todo para todos, sobre todo identificándonos con los débiles e indefensos, es mostrar, ofrecer, entregar y hacer participar el amor de Dios por el hombre, el Evangelio que no podemos callar".

De otro lado, informó el Arzobispado de Toledo en nota de prensa, monseñor Cañizares enumeró situaciones de injusticia de las que la Iglesia alerta, como "la insolidaridad, la exclusión de tantos hermanos, el individualismo, el egoísmo narcisista, el fraude, la lucha de intereses propios, la destrucción del ambiente, la esquilmación egoísta de los recursos, el olvido y la marginación, el olvido del hombre y el no poner a cada ser humano, cada persona, en el centro de nuestras atenciones".

También se refirió a "la negación o privación de la vida, el no respeto y cuidado de ella desde su concepción hasta su muerte, la prepotencia del fuerte y de los poderes de este mundo frente a la debilidad e indefensión del frágil o del que está sin fuerzas por el sufrimiento del hambre, de la enfermedad, del maltrato y tantas otras cosas y actitudes".

Todo esto, manifestó, rompe el proyecto de Dios para el hombre, "que es el proyecto común de que todo hombre sea amado por sí mismo: un solo mundo, un solo hogar, una sola familia, una ciudad para todos, un gran techo común, una sola cosa entre todos los hombres y todos los pueblos".

Seguidamente, el cardenal recordó que Manos Unidas nació hace cincuenta años "para estrechar lazos" y que la organización son "manos abiertas para compartir, manos generosas para tenderlas en ayuda, manos trabajadoras para hacer fructificar la tierra que dé pan para todos".

"De que entendamos y vivamos esto dependerá la vida de millones y millones de hombres y mujeres de los países del hambre y el futuro de las generaciones venideras de los países desarrollados. Sin esto estamos abocados a la muerte y a la desesperanza", afirmó.