Las Cortes rechazan el plan de austeridad del PP para la Administración, que recogía un ahorro de 1.160 millones

Actualizado: jueves, 11 febrero 2010 14:36

Los 'populares' abandonan la tribuna presidencial tras protagonizar junto con el PSOE un cruce de acusaciones

TOLEDO, 11 Feb. (EUROPA PRESS) -

El pleno de las Cortes regionales rechazó hoy, con los votos de la mayoría socialista, una resolución del Grupo Popular que recogía el plan de austeridad presentado por esta formación, en el que se incluyen, entre otras medidas, la reducción del número de consejerías y de altos cargos del Gobierno autonómico, y que supondría un ahorro a las arcas de la Administración regional de 1.160 millones de euros, según el cálculo de los 'populares'.

El debate general sobre la necesidad de reducir el número de altos cargos, celebrado a instancias del PP, se saldó, sin embargo, con la aprobación de una resolución del PSOE, instando a la Junta a preservar las iniciativas que lleven a la austeridad y el ahorro "sin que ello suponga menoscabar el servicio" de los distintos departamentos, teniendo en cuenta la extensión de la Comunidad Autónoma, que salió adelante con los votos en contra de los 'populares'.

La consejera de Administraciones Públicas y Justicia, Magdalena Valerio, explicó en el pleno que el presidente regional ya realizó una reestructuración del gobierno hace año y medio, en la que se eliminó una vicepresidencia, tres consejerías, 15 direcciones generales y 15 direcciones generales, todo ello alcanzando un ahorro de seis millones de euros anuales, --que al final de legislatura será de 18 millones-- por lo que la petición del PP "llega un poco tarde".

Valerio indicó que en Castilla-La Mancha el número de altos cargos es 118, lo que supone un 0,15% en relación al número de empleados públicos de la Administración autonómica, cuando la media nacional está en el 0,48%, y agregó que lo que la presidenta regional del PP y secretaria general, María Dolores de Cospedal, lo que debe hacer es "que esta medida se extienda" a otras comunidades como Murcia, Valencia o La Rioja.

"Todavía llega a tiempo para poner orden entre sus propias huestes", recomendó la titular de Administraciones Públicas y Justicia a la líder del PP, a la que recordó que el "esfuerzo de austeridad y transparencia es constante" en el Gobierno de Castilla-La Mancha. Magdalena Valerio pidió respeto al PP en aras a la profesionalidad de los altos cargos y funcionarios.

REMODELACIÓN FICTICIA

Desde el PP, el diputado Marcial Marín consideró que la remodelación de Barreda fue "ficticia", ya que se recolocó, en algunos casos en mejores puestos, a las personas cesadas; criticando que los socialistas "ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio", pues teniendo en cuenta la media de habitantes de la Comunidad Autónoma con el número de altos cargos, aquí hay más altos cargos que atienden a un menor número de población, preguntándose qué riqueza han creado.

Así, el plan de austeridad que propone el PP pasa por integrar tres consejerías en las actuales, quedándose en siete; eliminar todos los delegados provinciales de las consejerías, salvo los delegados de la Junta; reducir en un 50 por ciento los puestos de libre designación y en un 25 por ciento los eventuales; reducir el 25 por ciento de las empresas públicas, eliminar un 20 por ciento el gasto corriente --que no afecte a gasto social-- de las consejerías y organismos autónomos; y reducir las transferencias de financiación y las subvenciones a las empresas públicas.

Aplicar todo ello "a rajatabla" supondría, según ha calculado el PP, un ahorro por importe de 1.160 millones de euros, exactamente "la cifra de deuda pública prevista para 2010", destacó Marín, que calificó como "hipocresía y mal ejemplo" que José María Barreda dé lecciones el 2 de febrero pasado pidiendo al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que reduzca su gobierno, agregando que "recuperación" será cuando ambos dirigentes del PSOE "dejen el gobierno".

El portavoz socialista, Sanitago Moreno, por su parte, no entendió que el PP pida reformas en el Gobierno de una Comunidad Autónoma cuyo Ejecutivo "adoptó las medidas correspondientes cuando notó" las primeras noticias de crisis, y por ello instó también a los 'populares' a "empezar por predicar con el ejemplo", porque Barreda "hizo un esfuerzo de austeridad que fue ejemplificador".

El portavoz socialista recriminó al Grupo Popular que dé a entender "que aquí lo que hacemos es recolocar a los nuestros y es falso", cuando el portavoz del PP citó casos como los de los ex consejeros de Bienestar Social, Tomás Mañas, y Medio Ambiente, Rosario Arévalo, invitando a la oposición a que "no nos vendan humo" sino que propongan qué consejerías quitarían "pero con nombre".

DISCURSO MACHISTA

El debate de este punto subió de tono momentos antes de su finalización, cuando el portavoz del PP Marcial Marín, recriminó al presidente regional, que mientras él defiende una cosa en la región, su mujer, la diputada socialista Clementina Díez de Baldeón, vota lo contrario.

El propio José María Barreda subió entonces a la tribuna para defender que su mujer "tiene criterio propio y hace lo que quiere hacer en cada caso, independientemente de lo que yo diga u opine". "Es absolutamente libre, no tiene ninguna servidumbre", apreció el responsable autonómico, que añadió que "reducir un debate político a una personalización tan deplorable me parece sencillamente mezquino y paupérrimo".

"Yo no les voy a devolver con esta moneda porque desde luego mucha calderilla podría sacar a relucir", concluyó Barreda, cuya argumentación fue apoyada a continuación por el portavoz socialista, que consideró el del PP "el discurso más odiosamente machista que se pueda escuchar nunca" y que criticó la "pobreza intelectual y de rigor" que hay que tener "cuando todo se reduce a atacar a la mujer del presidente".

El propio Marín, en el turno de defensa de la propuesta de resolución de su grupo, quiso aclarar que sus palabras se referían únicamente a la "casa" política del PSOE y no a la "casa familiar", y pidió que también Barreda pidiera disculpas por haberle llamado "tonto", punto en el que el presidente de las Cortes, Francisco Pardo, le recomendó que se ciñera al debate porque ya había habido "demasiado acaloramiento en los debates precedentes".

Tras este rifirrafe dialéctico, fue María Dolores de Cospedal la que pidió la palabra para contestar al portavoz del PSOE por haber realizado alusiones sobre su marido, algo que le negó el presidente del Parlamento, considerando que no había lugar a ello. La negativa provocó las quejas de los 'populares' y acabó con el vicepresidente segundo, Vicente Tirado, y el secretario segundo de la Mesa, Leandro Esteban, abandonando la tribuna presidencial.