CUENCA, 1 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Unión de Pequeños Agricultores (UPA) ha realizado un balance muy negativo de las primeras semanas de la campaña del ajo en La Mancha conquense ya que, según el secretario provincial de la organización agraria, Javier Moya, las lluvias primaverales, los costes de producción y las importaciones de ajo chino etiquetado como ajo de La Mancha están complicando considerablemente la campaña.
De hecho, en declaraciones a Europa Press, Moya aseguró que tan sólo el 10% de los temporeros que ha llegado a La Mancha conquense para trabajar en la campaña del ajo ha encontrado trabajo a día de hoy y alertó de que "si no hay jornales, muchos de los temporeros no tienen dinero ni para comer".
Además, apuntó que este año la crisis en sectores como la construcción ha llevado a muchos inmigrantes al campo para trabajar en campañas agrícolas, por lo que hay más mano de obra de la necesaria.
Ante esta situación, Moya recordó que la mayoría de los inmigrantes que llega a España para trabajar en campañas agrícolas envía el dinero a su país de origen y este salario se convierte en el único sustento para sus familias, por lo que calificó la situación como "más complicada que nunca" para los inmigrantes.
El secretario de UPA afirmó que, por ejemplo, en Las Pedroñeras, de los 350 trabajadores alojados en los albergues de temporeros, sólo 10 ó 15 tienen trabajo. A esto se añade la falta de empleo para los inmigrantes de Europa del este que están censados en la localidad, que suman más de 700 y tampoco encuentran un empleo.
CAUSAS.
El secretario provincial de UPA explicó que existen tres causas principales en la falta de trabajo para temporeros en esta campaña del ajo.
Por un lado, las lluvias primaverales que causaron pérdidas del 60% en el ajo chino y, por otro, la campaña del palote, que se ha quedado sin recoger por la falta de rentabilidad debido a los precios de producción y venta, a lo que se añade las importaciones de brotes de ajo tierno de China etiquetados como producto de La Mancha.
Con todo esto, señaló, "se está destruyendo el poder adquisitivo de los trabajadores que vienen a trabajar aquí para conseguir una garantía alimentaria para sus familias".
