El obispo de Sigüenza-Guadalajara destaca "la ecología humana" como "garantía y condición de la verdadera ecología"

Actualizado: sábado, 2 enero 2010 12:23

GUADALAJARA, 2 Ene. (EUROPA PRESS) -

El obispo de Sigüenza-Guadalajara, José Sánchez, ha destacado "la ecología humana" como "garantía y condición de la verdadera ecología", y ha afirmado que "mal puede cuidar la vida en la naturaleza quien no cuida la vida humana, la propia y la de sus semejantes, en todas sus fases".

En una carta pastoral, Sánchez señaló que "a todos nos corresponde la obligación de respetar y proteger la naturaleza, no según nuestros intereses egoístas, sino según el plan de Dios, respetando la gramática que el Creador ha inscrito en su obra".

En este sentido, con motivo de una nueva Jornada Mundial de la Paz, que hace ya el número 43, coincidiendo con el día primero del nuevo año 2010, fiesta de Santa María Madre de Dios, recordó el mensaje del papa Benedicto XVI centrado en la necesidad del cuidado de la naturaleza y cuyo lema es: "Si quieres promover la paz, protege la creación".

Asimismo, dijo que "no se trata solamente de estar a la altura de las circunstancias, ante la preocupación general por el cambio climático y por los asuntos relacionados con la ecología", sino que el papa "va a la raíz, al considerar el respeto a la naturaleza como condición imprescindible para la paz".

"La crisis ecológica no tiene solamente causas naturales inevitables por el hombre, sino que tiene también causas de naturaleza ética o moral, debido al comportamiento de los hombres. Frente al uso ordenado y legítimo de la naturaleza y de sus recursos, están, como defectos, por una parte, la inhibición y el desinterés, como si el cuidado de la naturaleza no fuera responsabilidad de todos", argumentó.

Igualmente, el obispo señaló que, por otra parte, están "los abusos por intereses egoístas e insolidarios", y también "la absolutización de la naturaleza cuando se cae en una especie de biocentrismo, ecocentrismo o panteísmo, en los que la persona humana pierde su identidad o su condición de ser superior entre los seres vivos de la naturaleza".

"No podemos pasar indiferentes ante los abusos y hemos de cuidarnos de cometerlos. Tales son, por ejemplo, la deforestación, la contaminación de las aguas o del aire, la pérdida de la biodiversidad, la desertización con las consiguientes secuelas de los desplazamientos forzados de la población, o los llamados prófugos ambientales", apostilló.

Finalmente dijo que, se impone un "cambio radical" de comportamientos y de estilo de vida desde el respeto al plan de Dios y la preocupación por el bien común. "Ello nos llevará a adoptar una vida más sobria y más solidaria, tanto en relación con nuestros coetáneos de países o regiones más pobres como con las generaciones futuras, que tienen, como nosotros, derecho a usar y servirse de los recursos de la naturaleza", concluyó.