TOLEDO, 23 Sep. (EUROPA PRESS) -
La portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Ana Guarinos, calificó hoy de "espectáculo grotesco" el hecho de que tanto el Gobierno central como el regional hablen de políticas sociales cuando se va a llevar a cabo una subida de impuestos, máxime cuando el desempleo roza los cuatro millones de españoles.
En rueda de prensa, Guarinos dijo que "asistimos a un espectáculo grotesco y desagradable cuando oímos que el Gobierno regional, que mantiene un política de despilfarro en gastos de publicidad, habla de políticas sociales, cuando quieren subir los impuestos, mientras en Castilla-La Mancha hay casi 200.000 parados".
"Barreda vive en un permanente hipocresía", dijo Guarinos, que agregó no entender cómo el presidente regional "se ha convertido en el mayor valedor y lacayo de Zapatero, a no ser que sea para ganarse su confianza", dado el crítico momento por el que atraviesa.
A juicio de la también diputada guadalajareña Barreda debe explicar por qué apoya la subida fiscal "que asfixiará aún más a las cerca de 40.000 familias castellano-manchegas que tienen a todos sus miembros en paro", explicación que sobre todo ha de dar "a los castellano-manchegos que han confiado en el, y que ahora sufren esta injusticia que no merecen", apostilló.
La portavoz del Grupo Parlamentario Popular, que insistió en que Barreda "debería haber alzado su voz y haber reclamado una bajada de impuestos y más empleo", defendió que el titular del Ejecutivo regional "no es de fiar", y echando la vista atrás recordó como en 2001, junto con el por entonces presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, dio el visto bueno al Plan Hidrológico Nacional, y más tarde "diputados socialistas de Castilla-La Mancha como Clementina Díez de Baldeón votaron en contra cuando llegó al Congreso".
Tras detallar de forma pormenorizada algunas de los puntos en los que los diputados regionales socialistas en el Congreso, y en concreto la diputada por Ciudad Real y esposa de Barreda, Clementina Diez Baldeón, rechazaron medidas en detrimento de los intereses de la región, Guarinos aseveró que "vivimos en un estado de hipocresía permanente que se justifica en la soledad que vive José María Barreda, cuestionado tanto dentro como fuera de la región".
"Me gustaría tener un gobierno que se preocupa por los castellano-manchegos y sus problemas, y no un presidente que adopta una actitud servil para garantizar su puesto", agregó Guarinos, que instó por último "a la familia Barreda a que trabajase un poco más en la defensa de los intereses de Castilla-La Mancha y sea más vago en la de los intereses partidistas y socialistas".
