Tribunales.- Mantienen las peticiones de penas para el pastor acusado de matar a otro en Los Cortijos (Ciudad Real)

Actualizado: miércoles, 14 noviembre 2007 21:45

CIUDAD REAL, 14 Nov. (EUROPA PRESS) -

Más de veinte años de prisión es lo que hoy solicitaron las acusaciones particulares, ejercidas por los hermanos del fallecido y por su ex compañera sentimental, y el Ministerio Fiscal para Gregorio Pedraza, de 46 años de edad, acusado de matar de varios disparos a otro pastor, Fernando Martín, el 20 de noviembre de 2000 en el paraje conocido como Caracuel, en el término de Los Cortijos (Ciudad Real). Por su parte la defensa solicitó en el juicio, que esta tarde quedó a la espera de veredicto, la libre absolución del acusado.

En concreto, el fiscal pidió para Pedraza 19 años y 10 meses de cárcel por delitos de asesinato y tenencia ilícita de armas, mientras que las acusaciones particulares elevan la pena a 20 años de prisión. En ambos casos, solicitan 150.000 euros en concepto de indemnización para la compañera del fallecido y 50.000 para la madre. La defensa, en cambio, pide la libre absolución del acusado ya que considera que no hay pruebas que acrediten que Gregorio Pedraza cometiera el crimen, además de que tampoco ha aparecido la escopeta con la que se disparó a Fernando Martín.

El jurado popular que enjuicia estos hechos desde el pasado lunes será ahora el que tenga que decidir si considera culpable o no culpable de la muerte de Martín a Gregorio Pedraza.

MALOS TRATOS.

Pedraza permanece ingresado en la cárcel de Herrera de la Mancha desde 2004 por delitos de malos tratos, abuso sexual y amenazas en las personas de su mujer y su hija, por lo que fue condenado a siete años de prisión.

El 1 de enero de 2006, cuando se conocía ya su acusación formal en el crimen de Los Cortijos, al ser considerado entonces preso "no peligroso" y mientras realizaba unos trabajos de mantenimiento en la prisión, aprovechó un descuido para fugarse, siendo localizado a finales del mes de noviembre siguiente cerca del propio pueblo, donde permaneció ocultó ayudado por uno de sus hijos.