Tribunales.- Peritos dicen que las heridas de la víctima de El Casar (Toledo) no son de espada sino de navaja o cuchillo

Actualizado: miércoles, 11 junio 2008 16:20

Varios agentes reconocen que cuando el acusado fue detenido comentó que lo hizo "en defensa propia" y que estaba "tranquilo"

TOLEDO, 11 Jun. (EUROPA PRESS) -

Varias peritos señalaron hoy que las heridas mortales que presentaba el cuerpo de Juan Carlos Rodríguez, de 35 años, por cuyo asesinato en el interior de un bar de El Casar de Escalona (Toledo), la madrugada del 6 de noviembre de 2006, está acusado Sócrates F.S., no son compatibles con la espada que había en el lugar de los hechos ya que su hoja tenía "bordes muy gruesos" y "hubiese sido muy difícil que penetrara" en el cuerpo del fallecido.

Durante su declaración, por videoconferencia, en la tercera sesión de la vista oral del juicio por el procedimiento del jurado que se celebra en la Audiencia Provincial de Toledo, las dos especialistas indicaron que las heridas del fallecido se debieron hacer "con una navaja o un cuchillo" que tuviera una hoja monocortante, es decir, con un filo afilado y otro romo, no descartando que se llevasen a cabo con el cuchillo jamonero relacionado con el caso.

Sobre este cuchillo --que apareció varios días después de los hechos en la terraza de una vivienda particular cercana al lugar donde se produjo el fallecimiento-- destacaron que su punta estuviese doblada y su hoja "combada", lo que significaba que había atravesado "materiales duros".

Otras dos peritos que analizaron los restos de sangre de la ropa de la víctima y el agresor, así como los que pudieran tener la espada y el cuchillo, señalaron que en la espada no encontraron restos de sangre y que en el cuchillo, aunque aparentemente tampoco, tras un examen en profundidad aparecieron restos de sangre de la víctima.

Por su parte, los médicos forenses que realizaron la autopsia a la víctima, detallaron que la causa de la muerte fue un shock hemorrágico causado por herida de arma blanca, debido a la pérdida de sangre que le originó a la víctima una de las dos heridas, y que uno de los forenses comparó con "una estocada".

También confirmaron que el fallecido presentaba unos niveles de alcohol de 2,13 gramos por litro de alcohol en sangre, que consideraron "un nivel de alcohol importante" que mermaría sus facultades de defensa. Igualmente, preguntados por la defensa, sobre el pelo rubio aparecido en el lugar de los hechos, uno de los médicos señaló que, aunque el juez determinó no continuar su rastro, "no tenía raíz" lo que hubiera dificultado sacar el ADN, y estaba teñido.

"EN DEFENSA PROPIA".

Previamente a las pruebas periciales, comparecieron hasta nueve guardias civiles que participaron en los hechos, dos de los cuales reconocieron que el acusado, en el momento de ser detenido, confirmó que lo había hecho "en defensa propia", y afirmaron que Sócrates "estaba tranquilo" y normal cuando fueron a buscarlo a casa de su prima. "Me extrañó su tranquilidad", llegó a señalar uno de los agentes.

También indicaron que cuando llegaron al lugar de los hechos fue Fernando --una de las personas presentes en el bar cuando ocurrió el suceso-- quien "acusó" a Sócrates de haber cometido los hechos, algo que destacaron igualmente el resto de guardias civiles que acudieron al lugar.

Por su parte, los agentes que se desplazaron hasta el establecimiento nada más ser avisados del suceso, indicaron que la víctima todavía estaba viva, aunque las maniobras de reanimación realizadas no sirvieron para salvar su vida, que la mancha de sangre más grande estaba al lado de la barra, que precintaron todo el bar y que la espada que se encontraba en su interior no tenía manchas de sangre, por lo que inicialmente no se la llevaron.

Otro de los agentes, señaló que "en ningún momento" tuvieron dudas de quién había cometido los hechos. Sobre la llamada de un particular avisando de una conversación en la que cuatro personas hablaban sobre limpiarse la sangre de la ropa, aseveró que "nunca entendimos que estuviesen relacionados con el hecho" y que sus manchas de sangre podrían deberse a que se hubiesen rozado con la víctima.

Las partes expondrán mañana sus conclusiones definitivas, antes de que el jurado popular empiece sus deliberaciones. El Ministerio Fiscal pide un total de 20 años de prisión por un delito de asesinato, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, y una indemnización para la madre del fallecido en la cantidad de 70.000 euros. La acusación particular pide también 20 años de prisión y una indemnización de 230.000 euros.