El acusado del crimen de La Higuera (Segovia) implica a su hermano y dice que ocultó el cadáver para encubrirle

 Juicio Del Crimen De La Higuera.
EUROPA PRESS
Actualizado: lunes, 10 marzo 2014 18:41

El fiscal descarta motivos pasionales a la vista del registro telefónico

SEGOVIA, 10 Mar. (EUROPA PRESS) -

El principal acusado del crimen de La Higuera (Segovia), J. L. R, ha asegurado este lunes que su hermano pudo ser el autor del fallecimiento de Rosa María De Andrés, con quien según ha manifestado mantenía una relación sentimental, y que ocultó el cadáver para encubrirle temiendo que fue él quien acabó con su vida tras una discusión.

J.L.R. ha abierto este lunes en la Audiencia Provincial de Segovia la ronda de declaraciones por la muerte violenta de la mujer, vecina de la pequeña localidad de La Higuera. Rosa María, de 47 años, desapareció el 5 de septiembre de 2012 y su cuerpo sin vida fue hallado un mes después en un paraje del municipio de Lastras del Pozo.

En diciembre del mismo año entraron en prisión acusadas del homicidio tres personas: J.L.R, vecino de la víctima y principal sospechoso, y una pareja formada por el hombre A.D.S.P. y la mujer A.G.G. Otras tres personas fueron además detenidas por su presunta vinculación con el caso.

Todos ellos han prestado declaración ante el presidente de la Audiencia, Andrés Palomo, en la vista oral que ha comenzado hoy. El caso será juzgado por un tribunal profesional, pues se considera que la finalidad de la muerte fue el robo.

La Fiscalía solicita 22 años y seis meses de cárcel para el principal acusado y penas de entre un año y nueve meses y cuatro años y medio para los otros cinco, acusados por diferentes delitos --encubrimiento, falsedad documental y receptación--.

Según la versión del Ministerio Público, el 6 de septiembre de 2012 J.L.R. accedió al chalé de su vecina para robar y golpeó a ésta con una porra hasta la muerte al ser sorprendido. Introdujo después el cuerpo en el maletero de un coche propiedad de la víctima, limpió la sangre y se apoderó de joyas, una televisión y un portátil. Posteriormente trasladó el cadáver hasta Lastras del Pozo para ocultarlo.

El fiscal sostiene que en su acción contó con el apoyo de A.G.G. y A.D.S.P, que encubrieron la muerte y ayudaron a vender los objetos sustraídos y el turismo de Rosa María. Los otros tres acusados están supuestamente implicados en la venta del turismo a sabiendas de su origen ilícito.

En su comparecencia, J. L. R. ha negado ser el autor del fallecimiento de la mujer de La Higuera, de quien era vecino desde hacía unos tres meses, cuando se trasladó a vivir a un chalé colindante propiedad de su hermano. Es precisamente este hermano el que, según el principal acusado, pudo originar la muerte de Rosa María durante una discusión pasional la noche del 6 de septiembre.

J.L.R. ha explicado que al día siguiente, a petición de su hermano, acudió a casa de Rosa María para conocer cómo se encontraba tras la pelea. Al no haber respuesta a sus llamadas, accedió al interior del domicilio y halló el cuerpo de la mujer en el garaje con sangre en la cabeza. Seguro de que su hermano fue la última persona que estuvo con ella, optó por limpiar la sangre y trasladar el cadáver a otro lugar con el fin de encubrir a su familiar. En el paraje 'El Sequedal', en Lastras del Pozo, un lugar muy conocido por él desde niño, dejó los restos junto a un árbol.

El principal acusado, que se ha contradicho en varias ocasiones durante la vista, ha admitido en declaraciones recogidas por Europa Press que robó el televisor y el ordenador, así como que vendió el vehículo de su vecina, por el que según ha dicho le pagaron 500 euros.

MALA RELACIÓN FRATERNAL

Por su parte, la acusada A.G.G, quien acudió a vivir a La Higuera unos meses antes junto a su actual novio, A.D.S.P, pero que fue pareja del presunto homicida durante diez años, ha desmentido la buena relación que supuestamente había entre J.L.R. y su hermano, un extremo que confirmó en sus declaraciones el propio pariente.

El fiscal descarta además una relación de éste con Rosa María a la vista del registro telefónico, pues no constan llamadas entre los supuestos amantes en el último año antes del crimen.

A.G.G ha insistido, por otro lado, en que el principal acusado manifestó en más de una ocasión su hartazgo de la vecina, posiblemente por los constantes problemas que tenía con todo el vecindario por los ladridos de sus perros. Ha asegurado asimismo desconocer los hechos violentos.

Pese a que en algunas ocasiones pernoctaba junto a su pareja en el chalé de J.L.R, ha afirmado que en la noche del 6 de septiembre durmieron, como otras veces, en su furgoneta.

A.G.G, acusada con su novio de encubrimiento, ha expresado que conocía la intención de J.L.R. de vender un vehículo Fiat Punto de color rojo, propiedad de su tía, cuya procedencia ilícita ignoraba. Fue ella, ha aseverado, quien hizo precisamente las gestiones para encontrar un comprador, si bien ha negado que tenga algo que ver con la transferencia posterior del coche, como también lo ha hecho su pareja.

Fueron ellos quienes facilitaron a J.L.R. el contacto con el cuarto detenido, A.J.C, acusado de receptación y de ser el "asesor jurídico" de los tres citados anteriormente, a los que según el fiscal aconsejó en sus declaraciones ante la Guardia Civil.

A.J.C, dedicado a la compra-venta de vehículos, ha admitido no obstante ante el juez que la pareja le llamó únicamente para preguntarle si conocía de alguna persona interesada en adquirir el turismo y que, una vez se produjo la venta, ayudó al comprador a conseguir un justificante de la compra.

Un quinto detenido, A.G.B, se ha reconocido como el comprador del coche, una "ganga" de la que oyó hablar en una churrería y por la que finalmente abonó 2.000 euros. Su intención, ha relatado, era ganar dinero "fácil" vendiéndoselo a su vez a F.J.P.G, el sexto de los detenidos, del que sabía que necesitaba con urgencia un vehículo para trabajar.

El Ministerio Público sostiene por el contrario que éstos, que conocían la situación irregular, contribuyeron a desviar cualquier sospecha en la adquisición ilícita del vehículo.