El arzobispo de Valladolid lamenta que la sociedad prescinda de Dios y de normas morales, lo que lleva a la desesperanza

Actualizado: sábado, 10 enero 2009 20:25

VALLADOLID, 10 Ene. (EUROPA PRESS) -

El arzobispo de Valladolid, Braulio Rodríguez, lamentó que la sociedad prescinda de Dios y alabe comportamientos "alegremente transgresores", sin "normas" y consideraciones "morales", lo que, a su juicio, lleva al "consumismo y a la desesperanza".

En su carta pastoral semanal recogida por Europa Press Rodríguez dejó claro que ser católico y obispo no le impide reflexionar sobre lo que pasa en el mundo, al tiempo que destacó que España está vivienda una verdadera "revolución cultural" que se remonta a la época de la Ilustración y que, como destaca en el texto, se ha ido aderezando con otros muchos ingredientes como el liberalismo, la modernidad o la razón secular.

"Pienso que los últimos gobiernos no han inventado nada", señaló el arzobispo, quien cree que los gobernantes simplemente han adaptado las tendencias que "venían desarrollándose en el subsuelo de la sociedad española". "Su acción ha normalizado y consolidado lo que hasta hace poco parecía inaceptable".

A juicio del arzobispo, dentro de estos avances, la alternativa que aparece con más claridad es la base de una sociedad que "prescinde de Dios" y que "comprende la realidad como si él no existiera". "La moral católica se presenta siempre de manera negativa, como una ley opresora e intransigente de la jerarquía eclesial que los ciudadanos de a pie deben no aceptar", destacó.

Con esta postura lo que se rechaza, según Rodríguez, es la existencia de una "norma moral objetiva y vinculante" y, en cambio, lo deseable es "una sociedad alegremente transgresora, sin normas y consideraciones morales, que lleva al consumismo y a la desesperanza".

"Lo que me parece criticable es que se utilicen medias verdades, sofismas y señuelos", ya que, como señaló, los partidarios de esta sociedad "nunca dicen cuáles son las consecuencias de determinadas opciones morales, las esclavitudes que llevan consigo, la poca consistencia de muchas de sus teorías y prácticas y cómo los dueños del dinero y del poder política pueden llevar a los ciudadanos a un duro sometimiento que está lejos de la libertad que proclaman".